En el momento menos pensado has venido a sorprendernos.
En el momento menos pensado te expandiste por doquier.
En el momento menos pensado viniste y pretendiste quedarte.
¿Pero en qué momento de debilidad me raptaste y dejé de correr?
Todo empezó como una noticia lejana.
Nadie imaginaba lo peor.
Todo empezó como jugando.
Y ninguno conocía tu furor.
Días van, días vienen.
Y la cuarentena ¿cuándo acabará?
El tiempo pasa y tu no te detienes.
En cuarentena los pueblos gritaban como en Ramá.
Lamentos y llantos se escuchaban.
Todos al unísono gritaban como Raquel.
No se trataba de la muerte de unos niños,
sino de muchos ancianos y pobres a la vez.
Eran al inicio unos mil,
luego creció a unos cien mil.
Resulta que ahora pasamos el millón.
Lo cierto es que nadie ha previsto tal dimensión.
Este año 2020 nos ha regalado
la dicha de conocernos más.
Ahora conocemos nuestros límites,
lo vulnerables que somos al andar.
Quizás la lección está aprendida.
Quizás la mascarilla la aprendí a usar.
Ahora no se trata de protocolos.
Ahora se trata de responsabilidad.
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