Por Roberto Carrasco, OMI
Ha pasado ya la primera semana del Sínodo para la región Panamazónica. Un acontecimiento que desde hace varios meses ha generado, tanto en uno como en otro sector de la Iglesia, un sin número de dudas, miedos, reacciones, falsas lecturas y percepciones, y por otro lado, se ha generado esperanza, apertura, alegría, pero sobre todo, encuentro.
El día 4 de octubre el Papa Francisco ha sembrado un pequeño árbol verde. La intención fue clara: Consagrar el Sínodo Panamazónico a San Francisco de Asís, patrono de la ecología, y con este gesto concluir el mes de setiembre, dedicado al tiempo de la Creación. Lo curioso, por llamarlo de esta manera, fue la presencia de algunos representantes de los líderes indígenas, quienes junto a los misioneros del Equipo Itinerante, en medio de cantos, gestos y toda una simbología propia de los pueblos de la Amazonía, agradecían a Dios por este encuentro que ellos tenían con el Papa Francisco y para pedir que el Sínodo nos traiga frutos buenos, nuevos caminos para la Iglesia y una ecología integral.
El día 5 de octubre, la parroquia de Santa María en Transpontina, desbordó de fieles, quienes en medio de cantos, oraciones y toda una simbología amazónica, tuvimos una Vigilia de Oración para pedir al Dios de Jesucristo que las tareas del Sínodo continúen con todo el proceso de escucha que ha empezado en la fase preparatoria. Sin duda, pareciera que Roma todavía no está preparada para contemplar y dejarse evangelizar con otras formas de expresión, de piedad popular, otras formas de orar. Algunos medios reaccionaron equivocadamente diciendo que “ritos paganos” se apoderaron de una parroquia cerca al Vaticano. Lamentablemente este tipo de percepciones dañan la fraternidad y la diversidad que como Iglesia tenemos. Una diversidad en la unidad; principio trinitario que no podemos dejar de lado en un momento tan importante que vive la Iglesia. Da la impresión que el color negro de algunos en Roma, empezó a darse cuenta que no es el único color en medio de una selva de cemento y hormigón. Lo cierto es que dos selvas se encontraron, la selva de cemento y la selva llena de colores y vida que navegó hasta llegar a esta ciudad.
El día 6 de octubre, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco abrió el Sínodo con estas palabras: “Cuando los pueblos y las culturas se devoran sin amor y sin respeto, no es el fuego de Dios, sino del mundo. Y, sin embargo, cuántas veces el don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto, cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización. Dios nos guarde de la avidez de los nuevos colonialismos. El fuego aplicado por los intereses que destruyen, como el que recientemente ha devastado la Amazonia, no es el del Evangelio. El fuego de Dios es calor que atrae y reúne en unidad. Se alimenta con el compartir, no con los beneficios. El fuego devorador, en cambio, se extiende cuando se quieren sacar adelante solo las propias ideas, hacer el propio grupo, quemar lo diferente para uniformar todos y todo”.
Ese fuego que ha tocado el corazón del Papa Francisco, hace que su corazón de Padre se abra y acoja, dé la bienvenida a la Amazonía, con su gente, sus representantes, sus misioneros y misioneras, sus Obispos.
El día 7 de octubre, como un gesto de apertura y signo de fraternidad, el Papa Francisco abrió las puertas de la Basílica de San Pedro tanto a los padres sinodales como a los que componen la iniciativa Amazonía: Casa Común. Una oración de brazos y manos unidas se notó, teniendo al centro al mismo San Pedro Apóstol. Allí estábamos cantando y orando, como si el Espíritu del Señor nos anunciara que solo unidos pero diversos, fieles y pastores, alzando nuestras voces al único Dios verdadero hemos venido al corazón de la Iglesia para pedir por la Casa Común, para pedir para que la Iglesia sea más profética, más audaz, tanto en su tarea como en el Anuncio del Evangelio de Jesucristo. Una canoa junto a una red y dos remos, acompañaban la pequeña peregrinación que unía a todos y todas, como un solo corazón y una sola alma.
Papa Francisco, en su discurso al inicio de la 1ª Congregación general, dejaba en claro cuatro dimensiones a trabajar en este Sínodo: la dimensión pastoral, la dimensión cultural, la dimensión social y la dimensión ecológica. Y enfatizaba: “nos acercamos a los pueblos amazónicos en punta de pie, respetando su historia, sus culturas, su estilo del buen vivir, en el sentido etimológico de la palabra, no en el sentido social que tantas veces le damos, porque los pueblos poseen entidad propia, todos los pueblos, poseen una sabiduría propia, conciencia de sí, los pueblos tienen un sentir, una manera de ver la realidad, una historia, una hermenéutica y tienden a ser protagonistas de su propia historia con estas cosas, con estas cualidades”.
Con indignación decía: “Ayer me dio mucha pena escuchar aquí dentro un comentario burlón sobre ese señor piadoso que llevó las ofrendas con plumas en la cabeza, decime: ¿Qué diferencia hay entre llevar plumas en la cabeza y el “tricornio” que usan algunos oficiales de nuestros dicasterios?”. Y nos dijo en voz fuerte: “Venimos a contemplar, a comprender, a servir a los pueblos; y lo hacemos recorriendo un camino sinodal, lo hacemos en sínodo, no en mesas redondas, no en conferencias o en discusiones ulteriores; lo hacemos en sínodo, porque un sínodo no es un parlamento, no es un locutorio, no es demostrar quién tiene más poder sobre los medios y quién tiene más poder entre las redes para imponer cualquier idea o cualquier plan”.
“Sínodo es caminar juntos bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo”. Insistía mirándonos de frente. “El Espíritu Santo es el actor principal del sínodo. Por favor, no lo echemos de la sala”. Pidió orar y mucho. Nos pidió reflexión, escucha, pero sobre todo, como un buen Padre dirigiéndose a sus hijos, dijo: “Y hablar con coraje, con parresía, aunque tenga que pasar vergüenza, decir lo que siento, discernir y, todo esto dentro, custodiando la fraternidad que debe existir aquí dentro”.
Luego se tuvo unas votaciones. Para la comisión de redacción final fueron elegidos: Mons. Mário Antonio Da Silva del Brasil. Mons. Miguel Cabrejos Vidarte del Perú. Mons. Nelson Jair Cardona Ramirez de Colombia. Mons. Sergio Alfredo Gualberti Calandrina de Bolivia. Además, para la comisión de información fueron elegidos: Mons. Erwin Krautler, cpps; Mons. Rafael Cob García; Mons. José Angel Divassón Cilveti; y el P. Antonio Spadaro.
El día 8 de octubre, ambas Congregaciones generales del día se vieron llenas de intervenciones de los padres sinodales.
Lo temas que surgieron fueron: Participación y protagonismo de los laicos; crear un fondo para sostener la formación de los laicos en la Amazonía. Levantar la voz profética frente a situaciones de injusticia. La formación y ministerios en la Iglesia. La interculturalidad es un desafío, pero también un modo de evangelizar hoy. El tema del extractivismo como constante amenaza depredatoria.
Son muchas las comunidades que no tienen la Eucaristía. ¿A quién le pertenece la Eucaristía? Se prima una norma eclesial del celibato por encima del derecho a la Eucaristía. Los sacramentos no deben estar solo en las manos de los presbíteros. Cambiar los criterios para preparar los ministros para la celebración de la Eucaristía. Estudiar la posibilidad de ordenar varones casados. Diaconado Indígena Permanente. Una Iglesia con rostro amazónico pero también con rostro joven.
También surgieron estos otros temas: Ministerios oficiales para las mujeres. Posibilidad del diaconado permanente para las mujeres. Ministros ordenados no clericalizados. No presbíteros de segunda categoría. La posibilidad de ordenación de viri probatis. Anuncio sin imposiciones.
Se enfatizó mucho en la Pastoral de presencia. Crear un observatorio eclesial en zona amazónica. La ecología integral un kairos para la Iglesia. Seguramente este Sínodo provocará en toda la Iglesia una profunda espiritualidad que promueva una conversión ecológica. Diálogo interreligioso e intercultural. Caminar como Iglesia Sinodal y profética será posible si escuchamos las diversas voces. Que la Pastoral de la Amazonía deba incluir una emergencia de transición, a la modernidad y al desarrollo. Asumir una opción preferencial por la creación.
El día 9 de octubre, se continuó con otras dos más Congregaciones generales. Surgen otros temas como parte de la dinámica de diversas intervenciones de los padres sinodales y demás participantes, especialmente auditores e invitados:
Instituir un observatorio internacional de Derechos Humanos con sedes nacionales. Pueblos en Aislamiento Voluntario y en Contacto Inicial. La Teología India. La panamazonía es una región multiétnica y multireligiosa.
La urbanización y la Amazonía. El Sínodo debe ser creativo en fomentar nuevos ministerios. El Buen Vivir. Estamos demasiados ausentes y los evangélicos vienen a llenar el vacío que dejamos. Liturgia y Amazonía. Inculturación e interculturación: “hasta que la Iglesia no esté dispuesta a dialogar con nosotros no logrará pertenecernos”, se escuchaba una voz de un representante indígena. Evaluar y reevaluar nuestra actitud como Iglesia frente a los pueblos originarios. La perifería se hace centro y el centro se hace perifería convirtiéndose en un rico movimiento que nos desafía. Preservar la Amazonía como un imperativo latinoamericano.
Familia y comunidad – rol de la mujer, su papel fundamental en la participación de las culturas y en su presencia en medio de los pueblos. ¿Cuánto haría bien a la Iglesia que reconozca el estilo de evangelizar de la mujer en la Iglesia? Es la hora de la mujer amazónica indígena.
El Consejo Nacional de Iglesias Cristianas del Brasil expresa su solidaridad con el Sínodo para la Amazonía. Estoy convencido que los pueblos indígenas pueden ayudarnos a comprender que todo esta conectado. “El sacerdote no es de la comunidad, sino de la Iglesia”. Mayor acompañamiento a la Piedad Popular en la Amazonía. El Sínodo refleja un acto pentecostal.
Por la tarde, como parte de las reacciones, Papa Francisco marca cinco puntos: 1. El estado de violencia que sufre el territorio amazónico. 2. Las culturas tienen su valor. No meterlas en ideologías. 3. La tendencia a clericalizar a los laicos. 4. La formación de los sacerdotes. 5. El valor de las congregaciones religiosas. Ellas abren caminos.
Al final de este día surgió un gran pregunta: ¿Qué conversión está provocando en mí este proceso sinodal?
Los días
10 y 11 de octubre se tuvieron los trabajos en los denominados
Círculos Menores. Los grupos fueron: uno en inglés y francés, dos en italiano, cuatro en portugués y cinco en español. Fueron dos días para revisar y compartir acerca de los contenidos del
Instrumentum laboris. Un trabajo donde participan: padres sinodales, expertos, auditores y dos asistentes por grupo.
Es natural que cada Círculo Menor tenga su dinámica y su proceso de reflexión. Un tiempo para el diálogo y la escucha. Unos días de trabajo para el discernimiento y la reflexión fraterna. Cada Círculo menor eligió su moderador y su relator.
El día 12 de octubre, Fiesta de Nuestra Señora de la Aparecida, se continuó con las intervenciones.
Estas son algunas expresiones que alimentan los contenidos mencionados en los días anteriores:
“Una Iglesia Samaritana herida y misericordiosa que defienda la dignidad de las personas. Una Iglesia Magdalena, si bien pecadora pero santa. Una Iglesia Mariana porque es Madre que cuida y fecunda. Una Iglesia que vive la Pentecostés. Creativa en los ministerios. Una Iglesia mártir que está dispuesta a dar la vida y testimonio. La riqueza de la diversidad toca y alimenta la vida de nuestros pueblos. Una Iglesia educadora de nuestros pueblos, que valora las semillas del verbo”.
“¿Nuestro testimonio de fe es creíble? Escasean vocaciones, porque hay ausencia fervor religioso. Donde hay vida surgen vocaciones genuinas. Deseo que seamos capaces de responder a esto”.
“Que el tema del diaconado en las mujeres sea objeto de un próximo Sínodo”.
“¿Cómo estamos cumpliendo la Misión que se nos ha encomendado? La Palabra de Dios y su amor es la primera riqueza que podemos dar. Cumplamos la misión y muchísima, muchísima parresia”.
“La cosmovisión amazónica tiene mucho que enseñar a la Iglesia. El anuncio de Cristo es fundamental para alimentar la cosmovisión de los pueblos. ¿Por qué no somos capaces de despertar vocaciones? En el campo de la ecología es importante para cambiar nuestros estilos de vida frente al planeta”.
“Sobre la formación de futuros sacerdotes: propongo crear la comisión Panamazónica de la formación”.
“ Necesitamos fortalecer la ministerialidad en la Amazonía. No perder de vista algunas cuestiones que han surgido en el proceso de escucha. Una formación sacerdotal con elementos de la interculturalidad”.
“La Iglesia en la Amazonía portadora de la reconciliación”.
“Nuestra opción pastoral por el cosmos no es opcional, es obligatoria”.
“ Todos venimos de culturas familias diferentes y estamos fascinados de Cristo cuando hemos escuchado de él… Si abandonamos la propuesta de Cristo estamos traicionando su mensaje. Necesitamos facilitar un encuentro del Corazón de Cristo con el corazón de cada indígena”.
“Cuando procuramos dialogar con otras iglesias, descubrimos que hay más cosas que nos unen que nos diferencian. Debemos cambiar con coraje, porque la sociedad exige testimonio y diálogo”.
“Que este Sínodo tome una opción sincera en defensa de la vida, de la tierra y de las culturas. Santo Padre los PP.II. esperan una palabra fin en defensa de sus tierras y de sus vidas. Con la certeza de que la Iglesia está y continuará en estas tierras”.
Dice Santa Laura: “No tienen sagrario pero tienen naturaleza”.
“Los pueblos indígenas siempre han sido y serán los guardianes de los bosques”.
“Ha llegado al hora de que la vocación de la mujer se cumpla en plenitud, lo dijo Papa San Pablo VI. Después de 54 años de estas palabras, la seguimos proclamando”.
“Quisiera invitar a una reflexión más profunda respecto a la falta de sacerdotes o la propuesta de ordenación de viri provati. ¿Estamos aquí en el momento oportuno para plantear este tema?”.
“Que la fe en el Espíritu sea más fuerte que el miedo al error”.
“Aceptar la verdad que el Evangelio no es patrimonio exclusivo de una cultura”.
“Gracias Papa Francisco por abrir las puertas de tu casa y de tu corazón. Hoy los emplumados estamos en tu casa y en tu corazón porque somos tus hermanos y también somos tus hijos”.
“Estamos viviendo un Kairos. Dios se va haciendo presente con más fuerza. No hay otra vía. ¿Cuál es la verdadera novedad en todo este proceso amazónico?: Un pueblo que se vuelve protagonista”.