El día 7 de Septiembre del
2018 el tribunal arbitral de la Haya dio a conocer el resultado del fallo
planteado por Chevron en contra del Estado ecuatoriano por la supuesta
violación del tratado bilateral de inversiones regulado por las Naciones Unidas
sobre derecho comercial internacional y acuerdos contractuales entre Ecuador y
la petrolera por “no brindar un trato justo y equitativo”.
Dentro de este juicio
comercial, Chevron, mezclando Roma con Santiago, hace su interpretación
particular del laudo para incluir dentro de él un juicio ambiental contra
Texaco, que por irresponsabilidad y malas prácticas petroleras habían
interpuesto y ganado los pobladores amazónicos a los que la petrolera acusa de
fraudulentos y corruptos, involucrándolos en un proceso arbitral del que no han
sido parte.
El litigio contra Texaco
comenzó el año 1993 en las cortes de Nueva York, EEUU por daños ambientales,
culturales y sociales. En el año 2001 la compañía Chevrón compró los activos y
pasivos de Texaco y desde entonces operó sus campos petroleros de la amazonia
bajo el nuevo nombre de Chevron-Texaco.
En el año 2009
Chevron-Texaco presenta una demanda arbitral contra el Estado ecuatoriano en la
corte de la Haya y la gana. El Estado perdió el laudo. Ahora debe pagar a la
petrolera y a cualquier otro lo que debe o atenerse a las consecuencias. La
Chevron tampoco pudo ganar el juicio a los amazónicos y tiene que pagar; pero
¡Quién le pone el cascabel al gato! Ahí está la madre del cordero.
Porque ambas no supieron
defender sus juicios correspondientes, esa pérdida no tiene por qué afectar a
los pobladores amazónicos y a sus recursos naturales que sí supieron defenderse
y ganar su juicio. La Chevron-Texaco no acata el dictamen de la corte de Lago
Agrio y pide que el Estado – que no puede por ley – lo deje sin efecto para
favorecerla.
El “juicio a la Texaco”,
que por solicitud de la misma compañía, había pasado de las cortes de Nueva
York a la corte de Lago Agrio Sucumbios, Ecuador en el 2002, continuó la
demanda hasta que se ganó el litigio a la petrolera el 14 de Febrero del año
2011 después de 17 años de lucha, esfuerzo y vigilancia. Se pensaba
maliciosamente, que en no mucho tiempo la corte de Lago Agrio claudicaría ante
la presión de la petrolera. Sin embargo, la batalla legal se prolongó por más
de 10 años.
Los pueblos indígenas y
campesinos de Orellana y Sucumbíos lucharon durante 20 años con altura,
decisión y dejando muchos muertos por contaminación en el camino. Se le llamó
el “juicio del siglo”. Fue una prueba de resistencia, rabia y coraje. El Estado
Ecuatoriano fue incapaz de ganar el arbitraje internacional puesto por la
petrolera por 90.000.000.
Como se puede ver son dos
juicios que no tienen nada que ver el uno con el otro. Tan totalmente
diferentes como los que pueden darse entre el juicio por el robo de una gallina
y el juicio por etnocidio de un pueblo y la destrucción de sus recursos
naturales. ¡Nada que ver entre el tocino y la velocidad!
En el año 2013 se ratifica
en la corte nacional de justicia el juicio ganado a la Chevron-Texaco y en
julio del 2018 la Corte Constitucional niega la acción de protección presentada
por la petrolera.
Ciertamente, el Estado no
defendió judicialmente a las comunidades, porque no debía. Ni la ley nacional
ni la internacional lo permiten, pues era un juicio entre particulares. Es que
ni tampoco se defendió a sí mismo del litigio arbitral como debía, por
indolente, inepto y soberbia de los gobernantes y tampoco lo va a hacer ahora
por los 9.800 millones de los amazónicos. Por timorato los va a regalar a la
Chevron, porque se cree que se le echa el mundo económico encima y cuenta con
la complicidad y aceptación silenciosa de muchos. “¡Qué importan unos miles de
indígenas que ni producen ni consumen!”
Ecuador tiene 36 procesos
legales activos en su contra en cortes extranjeras que suponen pérdidas
millonarias. Esto lo saben los jueces y abogados de las petroleras y los
mandatarios del Estado que cargan estos costos sobre el pueblo ignorante y en
este caso sobre los amazónicos y su medio ambiente. También dicen - imagino que
para sacar pecho ante la nación - que el Estado ha gastado 80 millones en el
caso Chevron. En buena lógica, este dinero era suficiente dinero como para
haber pagado el laudo de marras perdido por 90,000. 000 que le ganó la
petrolera y que Correa les hizo pagar a los propios indígenas al obligarles a
levantar el embargo que pesaba sobre ellos. ¿Por qué lo hizo? ¡No solo Chevron
tiene la mano sucia, hay muchas manos sucias por estos lares!
¡Lo que está pasando no
deja de ser un acto cínico de racismo! Con un “quemeimportismo” insultante, la
Chevron y el Estado siempre han considerado un insulto insufrible el que unos
ignorantes campesinos ¿mal asesorados? y unos salvajes amazónicos hayan osado
retar y vencer a “ambos”, demostrando al mundo que ambos son una amenaza a los
DDHH y al medioambiente.
¿Cuál es la fuerza de los
pobres? ¿Será el fraude, los sobornos y la corrupción? Por lo que se está
viendo en el ancho mundo, esta manera de accionar es la manera propia y casi
exclusiva de las petroleras y de los Estados ¿o no? ¿Serán otras razones las
que les han dado la razón a los indígenas? En el libro del Quijote hay un
retruécano que dice: “La razón de la sinrazón que con la razón se hace, de tal
razón mi razón perturba que con razón me admiro de su fermosura” ·adolarada·
¿Los sesudos representantes
del poder legal, desde sus curules de la Haya serán capaces de mantener esa
acusación?, Porque las pruebas del fraude, los sobornos, la corrupción y
algunas cosas que se dieron, tan horribles o más que estas, no están en los
videos, computadoras y grabaciones guardadas como pruebas contundentes en sus
gavetas más secretas, sino en el tremendo desastre ecológico que causaron en la
selva amazónica, en el agua de los ríos y de las lagunas, en el aire y los
muertos y afectados por la contaminación. ¡Lo que está en esos documentos de
plástico archivados son las componendas tanto de unos como de los otros!
“Goshiping”, dicen los gringos
Las pruebas del juicio no
las van a encontrar en los lujosos despachos de la Haya o de los abogados, ni
bajo las blancas pelucas y smokings de los letrados, sino aquí, en el
territorio contaminado de la amazonia, en los cementerios de S. Carlos, de las
comunidades de Lago Agrio, Shushufindi y Sachas, que nunca jamás han visitado.
¡Ciertamente la justicia actúa con los ojos tapados! Algunos de los que les
informaron nunca llegaron o si llegaron estaban protegidos por “rambos” armados
y militares que impedían que los afectados se acercaran a los lugares de
inspección ¡a ver lo que estaban haciendo! Por lo demás, la corte de la Haya no
tiene jurisdicción que se diga, sobre los pueblos amazónicos que presentaron un
juicio particular a la Texaco, puede ser que tengan jurisdicción sobre los
Estados.
Por eso este 7 de
Septiembre del 2018 es un día triste para las comunidades secoya, siona,
kichwa, waorani, cofán shwar y colonos, no porque han perdido el “juicio a la
Texaco” que lo ganaron y hay que ejecutarlo, sino porque siguen los tiempos de
la conquista con sus “chapetones”, “oidores”, gobernadores, reyes y la
colonización del sistema que se impone por la fuerza de la ley de los que
mandan y el poder de la fuerza económica y militar. ¡Nada que ver con los DDHH
y ambientales, sino con la “platica”!
Achakaspi
1703999019
No hay comentarios:
Publicar un comentario