"SER MISIONERO ES SER HUÉSPED Y NO ESTAR ALLÍ PARA COLONIZAR. DEBEMOS APRENDER DE LOS INDÍGENAS, ESTUDIAR SU CULTURA, SU IDIOMA, SU MITOLOGÍA, SUS CREENCIAS".
Un profundo y sincero diálogo acerca de la vida misionera en la Amazonia peruano - ecuatoriana
En un contexto de búsqueda de información bibliográfica para
profundizar mi tesis de licencia en Ciencias de la Comunicación Social, mis profesores [P.
Emiro Cepeda y Tadeusz Lewicki] me recomendaron que dialogara con el P. Juan
Botasso Boetti, sdb – salesiano italiano y Presidente y fundador de la
Editorial Abya Yala; miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador;
fundador de la carrera de Antropología Aplicada y docente de la Universidad
Politécnica Salesiana en Ecuador; docente en la Pontificia Universidad
Salesiana de Roma; director del Archivo Histórico Salesiano; escritor y autor
de muchas publicaciones.
Después de compartirle mi experiencia de tesina en el
bachillerato en Comunicación Social, le pido que me oriente al iniciar la
búsqueda y concretización del tema para mi nueva tesis; siempre en el marco de
la comunicación intercultural.
Y de allí surgió este diálogo a manera de entrevista.
ROBERTO: En el Napo peruano la Educación Bilingüe
Intercultural [EBI] empezó con P. Juan Marcos Mercier el año 1974. Antes no
había EBI, no existía.
BOTTASSO: Digamos que no había, pero en realidad había en
cierto sentido, con otro enfoque pero los pioneros, sobretodo en el bilingüismo
son los evangélicos (el ILV - Instituto Lingüístico de Verano). Son los
primeros que empiezan a evangelizar en lengua autóctona y que elaboran
cartillas en todos los idiomas donde se encuentran. Pero sería bueno saber que
ellos lo hacen en vista de la traducción de la Biblia. El instituto se propone
que en todas las lenguas del mundo se difunda la Palabra de Dios. Pero ellos lo
hacían apuntando a una adquisición de la lengua como algo definitivo, sino era
el paso hacia el castellano. Alfabetizamos en lengua materna porque tienen más
familiaridad con los sonidos y después se pasa al castellano. Pero sea como
fuere ellos fueron pioneros en este sentido.
En Ecuador el pionero fue Mons. [Leonidas] Proaño con las
escuelas en Riobamba. Empezó con la radio. Empezó a alfabetizar y a comunicar
en kichwa. Después pasó de nuestro vicariato, comenzando antes de los años ‘70.
Estoy hablando de las escuelas radiofónicas en los ashuar donde yo estaba
trabajando en ese momento. De tal manera que hubo toda una evolución que no
trataba no solo de adaptar un idioma en lugar de otro, sino elaborar todos los
textos partiendo de su cultura. Y no traducir los textos del ministerio de Educación
al idioma de ellos con contenido importado. Eso fue el enfoque que yo conocí y
trabajé desde el ‘73 en adelante, con alguna interrupción hasta el ‘79, en ese
ambiente con ese tipo de problemas. Esto un poco para ubicar esto.
ROBERTO: Estamos hablando del kichwa de la zona de Riobamba.
BUTTASSO: El kichwa de Riobamba y después Ashuar de Morona -
Santiago [zona que corresponde tanto a Perú como a Ecuador] que colinda con el
Vicariato Apostólico de Yurimaguas en Perú a cargo de los Padres Pasionistas.
Tanto es así de que P. Luis Bolla cuando dio una vuelta por Perú y vio que los
ashuar al otro lado estaban menos atendidos que en el Ecuador, decidió pedir
permiso e ir allá a estar con ellos. Entonces dejó el Ecuador y estuvo allí [en
Perú] los últimos 30 años. En el año 1981 el deja Ecuador. El trabajo diez años
con los shuar.
ROBERTO: ¿Cuándo llego el P. Luis Bolla al Ecuador?
BUTTASSO: Debe haber llegado aproximadamente en el ‘54. Después
el hizo lo que llamamos nosotros tirocinio [internado], dos años no siendo
sacerdote estuvo en el territorio shuar en Bomboiza [provincia de Morona
Santiago - Ecuador]. Después hizo cuatro años de Teología en Bogotá - Colombia.
Regresó, estuvo un año en Macas [capital de Morona Santiago] que es una población
mestiza, aunque hay shuar allí. Después hizo diez años con los shuar en Taisha
[cantón de la provincia Morona Santiago].
ROBERTO: ¿Hay algún libro que habla de él, su vida, sus
diarios, sus experiencias?
BOTTASSO: Hay un libro que lo hizo conocer. Yo lo tengo aquí
en italiano y te lo dejo para que lo leas. Este libro es fundamental para
entender a donde disparaba el P. Bolla. Te mandaré una copia en castellano.
ROBERTO: Porque han difundido algunos libros de el a nivel
del CAAAP [Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica – Lima].
BOTTASSO: El publicó sobre los shuar, sobre el pueblo de Guayusa
[Ecuador]. Publicó diccionarios, publicó dos o tres libros sobre los shuar.
Hizo diccionario, tradujo algunos libros de la Biblia al shuar. Pero el que lo
hace conocer mucho no es un libro de él, sino que es otro autor que habla mucho
de él. Este libro tiene muchas ediciones y ha sido leído en media Amazonía por
miles de personas. Este libro ya es de hace años, pero es absolutamente el
libro base.
El antes de morir escribió. Estuvo con un voluntario español
y redactó un resumen de sus diarios. Unas 400 páginas. Fue publicado en Lima.
Se titula: “Mi nombre es Yankuam, El encuentro del evangelio con los Achuar [“Yankuam”: con este nombre fue bautizado la
comunidad de indígenas Achuar en la Selva de Perú. “Estrella de la tarde”,
significaba].
Pero yo estuve ahora en Lima, donde finalmente sus diarios
los trajeron de Kuyuntsa [pueblo Achuar dentro del territorio asignado al Lote
64 – Talismán, en la provincia de Daten del Marañón – Loreto – Perú] donde él
estaba. Tiene 79 cuadernos de sus diarios. Es impresionante. Lo estamos
levantando para que se puedan leer con facilidad porque todo está escrito a
mano a la luz de la vela en 40 años. Saldrán unos diez o doce volúmenes.
ROBERTO: A mí me gustaría en esta etapa de la licencia,
dentro del marco de la comunicación intercultural, como primera idea quiero
hablar de la experiencia misionera en la Amazonía peruana y ecuatoriana,
concretamente en esta frontera, podemos referirnos a Morona Santiago con el P.
Luis Bolla, y en el lado del Napo que es la que conozco más al P. Juan Marcos
Mercier y al P. José Miguel Goldáraz - Achakaspi. Porque las dos experiencias
han sabido muy bien colegar la frontera como una sola familia. Porque los
ashuar son una sola familia tanto en la zona peruana como en la ecuatoriana. Lo
mismo que los naporunas.
BUTTASSO: La frontera es artificial para ellos.
ROBERTO: Y otro es el aporte que hacen ellos como pioneros a
nivel del campo intercultural, desarrollando no solo una propuesta no solo de Educación
Intercultural, sino una propuesta de hacer que la lengua se rescate. Y para
ello han hecho diccionarios, han trabajado mucho el tema de la cosmovisión, han
hecho toda una propuesta de base. Incluso, también en el campo teológico.
BOTTASSO: Sobre el diario del P. Luis Bolla escribí éstas
reflexiones (te las dejo para que lo leas) donde pongo de relieve cuáles son
los dos ejes de la acción de Bolla que son:
Primero - EL MISIONERO COMO HUESPED. Consciente
de que esta en casa ajena. Que no es dueño de nada. Él empleo años para que los
superiores le permitieran ir a vivir allá. Y fue a vivir con estas tres condiciones
que les plantea a los superiores:
1.- Voy allá, no fundo ninguna misión. No compro ninguna
tierra. No construyo ninguna misión.
2.- Voy a vivir como los ashuar. Vestido, comida. Huésped de
ellos. De tal manera que los dueños son ellos, y yo soy huésped.
3.- No pediré nunca un centavo ni al obispo ni al provincial.
Déjenme solo experimentar esto.
¿Por qué hizo eso? Porque él, si desconfiaba de las
mediaciones. Si nosotros fundamos una misión. ¿Qué es una misión? Es un centro
de servicios, que inevitablemente se convierte en un centro de poder. Porque allí
el superior de la misión tiene el botiquín, tiene la escuela, tiene la
autopista para la avioneta. El dirige y todo. ¿Los ashuar se acercan allí
porque les encanto el Evangelio o por pedir servicios o pedir ayudas? Entonces
dice, con esto la mediación ofusca el mensaje. Dice, yo quiero quitarla. Yo voy
allá como un don nadie y les pido por favor que me acepten no como un dueño de
una misión, de nada. QUE ME DEJEN VIVIR COMO HUÉSPED. El huésped no es dueño.
El huésped no decide. El huésped no manda. El huésped depende. Y lo hacen
trabajar y todo. Pero luego, el huésped es libre. Fue la idea que él hasta el último
instante no dejó a un lado. Fue su obsesión.
Segundo: La segunda obsesión de él. EVANGELIZAR
SIN COLONIZAR. Es decir yo no llevo nada de afuera. Parto de lo que ellos
son, aquello que ellos creen, y los ayudo a iluminarlo, desarrollarlo a la luz
del Evangelio. Inclusive, toda la lucha de los misioneros y la terminología,
porque el amazónico no tiene un concepto de un Dios personal como en la Biblia
es Yahveh. Es un espíritu, es una fuerza. Los ashuar lo llaman el ARUTAM (para
los naporunas es el Samay). El Arutam que es la fuerza. Los viejos van a la
cascada, toman alucinógenos, sueñan, luego el Arutam se les aparece en el sueño
y les dice lo que deben hacer.
Ahora muchos dijeron, pero atento que los ashuar invocan al Arutam
también para matar un enemigo. Y yo les digo: ¿cuál es el problema? Los judíos
invocaban a Yahveh para matar a los amalecitas. Y a Og rey de Basan. Y todo
eso. Y mató al rey Og, ¡porque es eterna su misericordia!... Oye, entonces...
los ashuar cuando invocan no lo hacen para hacer un mal, para ellos la venganza
es un deber sagrado.
Entonces, hay toda una reflexión sobre estas dos columnas: SER HUÉSPED Y NO COLONIZAR, SINO APRENDER DE
ELLOS. ESTUDIAR SU CULTURA, SU IDIOMA, SU MITOLOGÍA, SUS CREENCIAS.
Y después: porque cuál era su finalidad... como ellos por sus
creencias se vengan y se matan. Dicen, estén atentos, están rodeados por las
petroleras, si se matan ustedes desaparecen. Entonces predica a Jesucristo, el perdón,
la misericordia, para decir: ¡SOBREVIVAN! Y logró bastante en esto.
¡Para mi sí...! a pesar de haber renunciado a todas las
mediaciones llegó a ser un viejo muy escuchado porque vieron que había estado
entre ellos, no con una agenda oculta, no con una finalidad. Porque ellos
emplearon años para comprenderlo: “¿Qué
quiere hacer este señor aquí, porqué vino, quién lo llamó, qué se propone? Si los blancos siempre son alguien de quien desconfiar”.
Después de años se convencieron que él estaba allí solo para decirles esto: que
Dios les ama. Esto es un camino que le costó ochenta años, le costó la vida.
ROBERTO: ¿Podemos llamarlo que era un precursor de la interculturalidad?
BOTTASSO: Eso sí, es la encarnación y de lo que se habla
tanto de la inculturación. El no hizo teorías, él la vivió. Él vivió como un
ashuar para poder hablar de Jesucristo. Desde su cultura. Porque muchas veces
los indígenas vienen donde uno a pedirle siempre ayuda. Dicen, tú tienes porque
no me das. A él no le pedían porque no tenía nada. Era más pobre que ellos.
ROBERTO: Ud. se da cuenta que antes dentro del lenguaje teológico
pastoral, se hablaba de inculturación como una salida. Como esta propuesta del
P. Bola, así como él, hay varios, sacerdotes, misioneros que se han
inculturado, es decir, que se han metido dentro de la cultura para aprender de
ella y poder evangelizar. Hoy ya no hablamos de inculturación no solamente
dentro de la Iglesia. Hoy el concepto es la interculturalidad. Se ha pasado de
ser un concepto eclesial-pastoral a un concepto mucho más amplio.
BOTTASSO: Los antropólogos no hablan de inculturación... uno
que es misionero busca adaptarse a sus costumbres para poder ser escuchados,
para poder... en fin... pero el antropólogo…, él quiere estudiar cómo obran, cómo
trabajan, cómo resuelven sus problemas. Quiere conocerlos, no quiere
comunicarles ningún mensaje especial. Él quiere conocerlo como grupo humano que
es, que se proponen.
El misionero en cambio se incultura, quiere de veras partir
de ellos para darles un mensaje. Y el Evangelio, quiera que no, cambia a la
gente. No se puede negar eso, el Evangelio cambia. Por ejemplo allí, ellos son
un pueblo guerrero, porque piensan siempre que la muerte no es siempre natural,
deben buscar el culpable y matar a otro, y eso les debilita. En efecto, ahora están
aumentando demográficamente. De tal manera que, ahora esa interculturalidad, si
es de veras interculturalidad, debería ser de doble vía. Yo aprendo de ti y tú
aprendes de mí.
ROBERTO: Como se dice en la cultura indígena: cara a cara. Es
un rebote.
BOTTASSO: En cambio, el mundo de los blancos mestizos no se
preocupa de sus valores, de entender que quieren.
ROBERTO: ¿Por qué las empresas transnacionales no han querido
entender la cosmovisión?
BOTTASSO: No solo las empresas, sino también cualquier
colono, hasta la persona más sencilla. No es por maldad, pero les parece que
los indígenas son primitivos, que no tienen nada que enseñarme esta gente... “Yo les enseño, les doy la escuela, porque
son pobrecitos, han quedado allí bloqueados…”. La nuestra es una visión muy
limitada.
ROBERTO: Incluso la Iglesia –en general– no entiende esta
cosmovisión.
BOTTASSO: Si…, incluso la visión que llevó el misionero.
También el misionero pudiese ser sacrificado, trabajador y todo pero…, siempre
se sentía superior. Se decía un tiempo: “Civilizar, evangelizando. Evangelizar,
civilizando”.
Bolla, eso sí ni podía oírlo... ¡Yo voy a civilizar!
ROBERTO: Podemos llamarlo así: que este prejuicio o este
estereotipo occidental… ¿se ha trasladado a la evangelización haciendo daño?
BOTTASSO: ¡Claro, claro...! Porque siempre aún el misionero
más sacrificado, fue siempre fue etnocéntrico; siempre pensó voy a llevar una
cultura superior, y “ellos pobrecitos,
han quedado bloqueados en un estado primitivo... yo voy a llevarles esto y
aquello”.
En cambio, Bolla nunca, y lo dice varias veces en su diario: “¡para
mí ellos son el pueblo más noble que he conocido en mi vida!”. Él nunca los
juzga, siempre solo intenta comprenderlos... ¿por qué hacen así?... ¡Ah, ellos
tienen esta lógica! Entonces, él estudia la lengua, todos los detalles, los
matices de la mitología. Toda la vida estuvo aprendiendo los discursos
oficiales para entrar en su pensamiento, comprenderlos, y se da cuenta que les
falta mucho; aunque a ellos les comprendió demasiado, porque para ellos no
había secretos. Cualquier lengua, cualquier discurso arcaico que usan en los
mitos las conocía perfectamente.
Entonces fue un camino muy audaz. Sintió que dejó todo para
poder hacer esto. Pero no lo hizo como antropólogo. Lo hizo porque él quería
comunicarles algo.
ROBERTO: Del punto de vista comunicacional podemos decir que
su vida fue:
BOTTASSO: Su vida fue toda una comunicación. Él se inspira
mucho en Charles de Foucault. Por eso el título: "Gritó el Evangelio con la
vida". Para Charles de Foucault, él
quedó como ese famoso que vivió en el desierto y lo mataron estando en el
desierto. Decía: para los árabes, para los
beduinos, yo no voy a llevarles nada de mi cultura, sino solo el mensaje que
somos hermanos, que podemos vivir juntos, que no hay separación de religiones,
que Dios es el mismo. Y eso lo concretó con la vida, porque si me pongo a
armar un colegio, una escuela, una cosa llamativa. Entonces vienen a mí por los
servicios y no por el mensaje. Eso fue la idea clave de Yankuam. Él en efecto,
ahora que en febrero, recordemos que él murió en Lima, porque fue a dar un
retiro. Luego sus restos los llevaron a Kuyuntsa. Los viejos abrazaban la caja,
porque para ellos hay que adueñarse del espíritu de un hombre fuerte. Eran
conmovidísimos. Era una cosa fuerte que se veía.
ROBERTO: Cosa contraria fue el caso del P. Juan Marcos
Mercier. Porque su cuerpo lo incineraron. El obispo [Mons. Alberto Campos, OFM]
y eso causó en la comunidad un dolor tremendo porque para ellos no es la visión
que tienen de la muerte.
BOTTASSO: De Bolla llevaron los huesos. Porque él murió en
Lima y después de cuatro años lo recogieron y llevaron los huesos en una caja
más chica, pero allí estaba él, todo él. Entonces fue una conmoción grande de
ellos, tenerlo así. Un hombre que nunca les había regalado nada. Porque siempre
el padre es el que regala, el que da, que da, que da... Porque para ellos el
misionero es uno que viene para dar. Él quiso y dijo que yo no vengo para dar,
yo vengo porque quiero que se vean que se puede vivir como hermanos.
ROBERTO: ¿Cuántos años trabajaste con él, lo conociste?
BOTTASSO: Yo lo conocí bien, pero hay que tener en cuenta que
los últimos treinta años los pasó en Perú. Yo lo vi poco. A ver cuánto... unos
tres meses antes que muriera, todavía lo vi porque beatificaron una hermana de
nuestro vicariato, Sor María, en Macas [24 noviembre 2012 – Beatificada la Hna.
María Troncatti]. Y él tenía ochenta años, estaba en Kuyuntsa, caminó tres días
hasta llegar a la primera misión y de allí tomó la avioneta y llegó a Macas.
Todavía lo vi. Siempre él, sereno, alegre. Regresó, caminó y después de allá
para salir a Lima… ¿es duro, no? Con todo, salió a Lima y allá le cogió una
isquemia que no se recuperó.
Pero yo lo conocí..., hablamos mucho en Macas cuando él
estuvo allí. Pero el que lo conoció bien, porque estuvo con él unos años y
después quedó en su lugar en Ecuador. Es mi hermano, quien todavía está allá,
donde él estuvo.
ROBERTO: ¿Cómo se llama él?
BOTTASSO: Domingo..., Domingo. Con él hicieron un recorrido
por Perú. Fueron a parar en Iquitos Fueron a hablar con el obispo, creo que era
Mons. Gabino Peral de la Torre [Vicario Apostólico de Iquitos] en aquel
entonces. El obispo dijo está bien, está
bien este esfuerzo pero le hizo entender que era tiempo perdido. Aquí las multinacionales van a barrer con
todo. No va a quedar nada de esos pueblos. ¡Uy...! A Bolla eso lo...
ROBERTO: Es una variable muy constante en muchos obispos, no
digo en todos porque los obispos amazónicos, por lo general, siempre han sabido
meterse en el mundo amazónico. Últimamente con el conflicto que hubo en Perú y
también en el Ecuador, se ha sabido identificar y se ha trabajado una pastoral
indígena mucho más desde la realidad.
¿Cuál crees tú que era el problema de los obispos como
pastores: era porque no llegaban a la zona, no conocían o porque simplemente se
contentaban con ejercer el “pastoreo” de la diócesis, del vicariato desde la
sede?... porque yo tenía entendido que eran muy pocos los que salían.
BOTTASSO: Ahora resulta que allá en el Ecuador, ahora la
mayoría de los vicariatos, la población indígena ya no es mayoría. Y en algunos
son dos o tres pueblos con idiomas distintos. Entonces, son presencias
pequeñas. Las ciudades, también en la Amazonía crecen. Como crece enormemente
Iquitos, Yurimaguas, Pucallpa.
El indígena…, lo que pasó en toda la colonia: queda siempre
el más marginal.
ROBERTO: Relegado !!!
BOTTASSO: Sí, porque hay poco personal. Hay tantas
necesidades. Y el obispo que, casi en rarísimos casos, viene de uno de los
misioneros más de avanzada a veces, o viene de afuera de otra ciudad o viene
del exterior. O viene del trabajo de los ribereños... Entonces no siempre lo
sienten muy urgente. Ven que hay una enorme cantidad de necesidades... ¡Bueno,
los indígenas! Por ejemplo, nuestro obispo actual en Macas no entiende el
problema y dice: Hay una sola pastoral.
Es verdad que todos apuntamos a lo mismo, pero hay que acompañarnos con un
ritmo, un idioma, una forma distinta. Ellos verán.
Es como… Estados Unidos, ¿de qué está compuesta la Iglesia
Católica de Estados Unidos?: De migrantes católicos. Que al comienzo eran mal
recibidos. Los ingleses que estaban allí, recibieron muy mal a los irlandeses.
Después los irlandeses también recibieron muy mal a la oleada de italianos. No
podían ni verlos. Porque son supersticiones o... los medios y todo eso.
Llegaron los polacos también tuvieron…, y ahora tienen dificultades con los
latinos, con los hispanos. Siempre el último llegado es diferente, y después se
integran. Ahora…, al comienzo había la iglesia de los polacos, la iglesia de
los italianos, la iglesia de los irlandeses. Ahora, en las grandes ciudades se
diferencia mucho menos. Así es con los indígenas. Solo hace falta un
acompañamiento de acuerdo a su idioma, su mentalidad, su manera de ser. Sus
hijos verán…, pueda que cambie esto, ahora todo esto está cambiando…, ellos
verán. Si tú dices que hay una sola pastoral, tú les das la preferencia a los
blancos mestizos y los demás quedan siempre allí en el rincón.
ROBERTO: Por ejemplo la figura de hace 30 años, más o menos,
de Mons. Alejandro Labaka, el primer obispo del Vicariato de Aguarico [misionero
capuchino a quien se le encontró muerto, desnudo y lanceado el 21 julio 1987].
BOTTASSO: Sí...! Yo recuerdo... yo estaba allá afuera y vino
a verme poco antes de morir. Y me dijo: “Yo
pienso entrar donde los Huaorani”. Y yo le decía: pero es fregado, es
difícil. “Lo sé… Porque mire, lo van a
matar, van a entrar la petrolera... Y yo quiero ir a decirles, un poco de cómo
es la situación y que veamos donde nos ubicamos”. Porque me dijo: “Verás, al gobierno no le importa
mayormente. El gobierno quiere sacar el petróleo y seguir allí, eso son…”.
“A los antropólogos les
importa por sus investigaciones, pero no van a jugarse la vida. A las mismas
organizaciones indígenas no veo que se muevan, porque su grupito es tan
chiquito. Intento yo, yo sé que es peligroso. Pero no
hay nadie quien lo haga”. Y fue él, no mandó al vice párroco o al sacristán.
Fue él como obispo. Fue con una hermana y los mataron a los dos [Hna. Inés
Arango Velásquez, religiosa colombiana]. Pero él no sabía que arriesgaban
porque dijo: “déjenme y mañana vengan a
ver si estoy con vida”. Y fueron y estaban lanceados. Porque desde el punto
de vista de los Huaorani, él era un invasor.
ROBERTO: Y más aún que llegó en un helicóptero.
BOTTASSO: Y el helicóptero era de la compañía. Para ellos era
el símbolo peor que podía existir. Pero no podía entrar de otra forma, porque
si iba por tierra lo mataban por el camino. Él había estudiado un poco el
idioma pero no era como ellos. Entonces él para la visión de ellos era un
invasor. Que viene a meterse tal. Entonces, lo mataron. Pero él sabía muy bien,
pero dice: “alguien tiene que
arriesgarse, y yo lo intento”. Fue un gesto muy valiente. Consciente. No
fue una casualidad.
ROBERTO: Podemos llamarlo un protomártir.
BOTTASSO: Sí, sí, sí... Porque él sabía que tenía un 70 u 80
por ciento de probabilidad de no salir con vida por un grupo chiquitito. Y se
fue. Eso son estas figuras que no hay nadie que las tenga, ni los estudiosos,
ni los antropólogos. No hay…, y ¿quién va a arriesgarse por una cosa de estas?
Solo uno que cree en algo.
ROBERTO: En estos últimos años las comunidades indígenas en
general han cambiado el chip por el ingreso de las petroleras y por toda la
tecnología. Por este famoso encargado de relaciones comunitarias que se metía a
vivir allí y comenzaba a meter otras ideas. Comenzaba a traerles propaganda de
la compañía. Comenzó a traerles dinero, comenzarles a pagar. El dinero entró a
diestra y siniestra. Los petroleros empezaron a negociar. Pero también podemos
sumar a esto que las políticas de estado, ¡las políticas de los gobiernos
favorecían! Me parece que el estado tiene una grande responsabilidad en esta -
vamos a llamarle así - en este declive de la cultura, porque ellos han hecho
las leyes. Es igual como en el Perú.
BOTTASSO: ¡Claro, claro...! ¡Es la misma historia! El estado
quiere -al menos en el Ecuador y allí está Correa, que también ha hecho cosas
buenas pero...- dice que el país debe caminar, debe modernizarse. Él puso
Escuelas del Milenio para poner aparatos y todo.
Es verdad que no pueden vivir al margen del planeta, pero
deben seguir con su ritmo con mucho respeto a sus decisiones. No que desde el
Ministerio de Bienestar o del Ministerio de Educación o Ministerio de Defensa
diseñen lo que tienen que hacer. Son seres humanos. Adultos libres dignos de
respeto. No se les puede imponer como hemos hecho también nosotros los
misioneros también. Hemos sido impositivos. No hemos sido respetuosos. Hay que
admitirlo. Es verdad, lo hicimos con buena voluntad pero viéndolo ahora yo no
sé lo que hice. No es aceptable, no fuimos respetuosos. “Porque nos parecía obvio que debían aprender de nosotros y no tenían
nada que enseñarnos”. En cambio tienen mucho que enseñarnos. Su relación
con la naturaleza, relaciones interpersonales. Hay muchas cosas sumamente
interesantes que nunca se ha tenido en cuenta. “Ellos son unos salvajes y venimos aquí para darles una mano. Que se sacudan, que progresen”. Claro
que caminarán, pero ninguna cultura es estática, pero ninguna cultura es
perfecta. Todos caminan, pero no somos dueños, no somos nosotros que decidimos.
Nosotros les hacemos ver, les decimos en qué podemos ayudarles. “¡Aprendan...!”. Era la actitud que tuvimos
y hay que cambiarla radicalmente. De otra forma, somos colonizadores. Los
misioneros somos cómplices. Hemos sido.
ROBERTO: Hemos sido como Iglesia juez y parte en un proceso
que no funcionó pastoralmente.
BOTTASSO: ¡Y cómplices de agresiones...! ¡Sin darnos cuenta
pero éramos así! Porque, al menos hablo del Ecuador; ¿para qué estamos allá? Es
que nos llamó el gobierno. En el decreto de erección de los vicariatos dice: "para que integren a la nación esos
pobres pueblos que todavía son bárbaros". Entonces, servimos de
instrumento para el gobierno. Yo lo entiendo porque el gobierno debía
consolidar el país. Entonces, pero no lo hemos hecho respetando los procesos de
ellos. Eso hay que reconocerlo humildemente. Y si nos critican, decir, bueno
sentémonos, díganos, nosotros estamos para ayudarles.
Ahora nos critican en otros sentidos los jóvenes, que ahora
quieren modernizarse y dicen: a ya dejen de hablar de la cultura, nosotros
queremos estar con... [en referencia al celular que estaba sobre la mesa
mientras charlamos]. Me contaba un padre
que fue al río Negro en el Brasil, y pensaba, era uno que venía de aquí de
Italia y que pensaba ver a los indígenas con sus atuendos... Pero estaban con
blue jeans, con la camiseta de la Juventus y con el celular en la mano… y dice:
¿qué es esto? ¡Pues esto es la actualidad! Hay que partir de esto. Aunque
tengan el blue jeans, aunque tengan el celular, tú rascas un poco..., son
indígenas y ves que tienen su cosmovisión. Lo que no debemos hacer es crearles
complejos de inferioridad, sino todo lo contrario. Que se acepten como son y
que se inserten con su persona y con su identidad. Eso es, hablando de
interculturalidad...
¡Que no pierdan el orgullo de pertenencia a su grupo!
ROBERTO: Hablando de interculturalidad. ¿Cómo se está
trabajando en Ecuador este concepto a nivel de investigaciones, a nivel de
búsqueda científica, a nivel de universidades o también a nivel de Iglesia? ¿Se
está trabajando o todavía no es un tema abordado?
BOTTASSO: No todavía. Se trabajaba más antes. Hoy se trabaja
menos. Se trabaja... yo veo nuestra Universidad [Politécnica Salesiana del
Ecuador] ha contribuido muchísimo en ese campo. Yo empecé hace 42 años. El
grupo Abya Yala que son publicaciones todas de ese tipo. Hemos publicado casi
tres mil volúmenes. Y se sigue publicando, no solo de los shuar, sino de toda
América Latina. Se está haciendo, pero hay que decir también que como vicariato
andan bastante despistado. Porque el obispo que cayó allí fuera de sitio. Viene
de los colegios, de la multiculturalidad…, no entiende... Es buena persona pero
está desubicado.
ROBERTO: Ud. recuerda el año 2009 en la zona peruana se
desató el llamado conflicto amazónico. En
la zona de Jaén, en la Curva del Diablo, los ashuar del Perú tuvieron una
participación muy activa en ese conflicto.
Un informe -al parecer- del estado acusa que los indígenas
han sido los responsables de las muertes y desapariciones. Menos mal que hace
poco hubo una sentencia que señala que ellos no fueron los responsables.
¿Cree Ud. porque esta es acusación, - y pongámosla entre
comillas esta frase - la acusación era esta:
"la Iglesia los formó para atacar, los ha formado para responder,
los ha formado para ir en contra de las compañías petroleras, ir en contra
del gobierno… qué cree, esta acusación
que se le hace concretamente a algunos misioneros de los vicariatos?
BOTTASSO: Esto es de doble filo para algunos. ¡Esto es la
gloria de la Iglesia! Veamos un poco: en Perú los soldados habían cogido unos
ashuar. No sé porque motivo los maltrataron. Y ellos protestaron durísimamente,
y ahora como los gobiernos se cuidan que esas noticias no se divulguen porque
hoy es muy sensible a la opinión pública mundial.
Un día el P. Yankuam estaba allí, llega el helicóptero,
llegan las autoridades. Un ex-ministro de Agricultura [por esas fechas era
Carlos Leyton Muñoz, en el segundo gobierno de Alan García], un coronel o un
general. Y llegan y los ashuar se reúnen y les dicen: “¡Bueno resolvamos el problema!”, dice el coronel. “¿En qué podemos ayudarles?, ¿qué
necesitan?, nosotros estamos aquí”. Era para menguar la situación. A los
ashuar el P. Bolla les traducía. "¡No
queremos ningún regalo. Nosotros queremos que se nos respete, no vengan
con...!". Hizo un discurso con el estilo duro de la guerra.
¡Quedaron admirados! [las autoridades peruanas]... Y ellos [los ashuar] no quisieron nada... "¡Queremos solo que se nos respete. No
queremos nunca atropellos!".
El ex-ministro de Agricultura -peruano- se acerca al P. Bolla
y le dice: “¡Padre le felicito. En
ninguna parte, nunca hemos encontrado un indígena con tanta dignidad. Le
felicito!” Como ves el gobierno no es tonto. Ellos manejan su lenguaje,
tiene su finalidad, tienen sus recursos y quieren aprovecharlos evidentemente.
Pero a veces, sobre todo los chinos que son... A ellos les
importa un pepino la gente. Y allá estamos llenos de chinos en el Ecuador, en
las petroleras. Y para ellos el indio, -sobre todo para los chinos- es un
estorbo. Los chinos decían en las reuniones: "¡pero están locos, tienen recursos aquí como el petróleo y le
hacen caso a cuatro tipos medios salvajes!"
Que les importa a ellos. Si ellos allá son mil millones allá.
Aquí son un pequeño grupo. Y ellos no entienden el valor de una cultura, una
civilización, una cosmovisión, que es una riqueza para la humanidad.
Pero este ex-ministro dice: "Padre le felicito, nunca encontré un indio con tanta dignidad que
se plantó y dice: ¡No queremos regalos! ¡Queremos respeto. Basta!...” Y no
quiso hablar más y se fue. Cogieron sus cosas y se fueron.
Pero por decir... Claro que a veces nos acusan. Pero de otra
parte hay muchos que dicen: ¡qué bien,
qué bien...! si los han educado para hacerse respetar, ¡esa es la educación!,
no es darles cosas, darles pantalones o darles ropas de Caritas o alguna
tontera. Eso es la educación. Gente que es orgullosa de ser lo que es.
Entonces, claro que nos acusan. A Bolla cuantas veces los narcotraficantes, las
compañías, también, le han amenazado de matarlo. "¡Que haces extranjero aquí fregando la paciencia, metiendo malas
ideas a la gente!". Tuvo que ir a defenderse en Lima, donde el Nuncio,
con el obispo, etc. Defenderse para
saber qué es lo que hacía. Era una cosa absolutamente, no solamente legal sino
también muy humana.
Pero claro que esa acusación la hay. ¡Y a mucha honra si la
hacen!
ROBERTO: Sucede -padre-, que en muchas congregaciones ha
habido en estos últimos cincuenta años, misioneros como el P. Bolla y otros más,
que han sabido dar una respuesta concreta a una situación como esta, que exige
-y todavía exige- presencia, y no solo presencia sino acción. Exige postura
concreta como Iglesia.
Después de Bolla -porque ya no está P. Bolla, ya no está P.
Juan Marcos, ya no está Mons. Labaka, ya no están tantos hombres y mujeres
misioneros que han vivido dentro de esta Amazonía. Ya no está Mons. Proaño, ya
no están todas estas cabezas, estos líderes de Iglesia que han sabido hablar
por estas minorías- ¿Qué sigue ahora, en el caso por ejemplo de la comunidad
salesiana, con este legado que ha dejado P. Bolla a todos uds.? ¿Se continúa,
todavía hay un deseo de seguir trabajando con las comunidades indígenas?
BOTTASSO: Que yo sepa allí en Perú, lo que hay es un peruano,
el P. Nelson y un ecuatoriano, el P. Diego, que tú lo conoces.
Diego estuvo diez años con Bolla, es un tipo muy metido. Y en
el lado ecuatoriano, el que sucedió al P. Bolla todavía está allí, mi hermano
Domingo. Lástima que le dio paludismo y está un poco desanimado, le dio muy
duro. Un indonesiano. Fue muy bien recibido por los ashuar, porque en cierto
sentido tiene un parecido a ellos, como estilo, un poco bajito, etc. Y le quieren.
Pero le dio un golpe durísimo de malaria, de paludismo. Está un poco
desanimado. Porque claro, allí el agua, tomas lo que hay, comes lo que hay. No
siempre la dieta es ni mucho menos la más apropiada. El paludismo te ataca al
hígado y todo eso. Pero ecuatorianos prácticamente hay ellos. Y otro chico
ecuatoriano… no es muy de esta línea. Es más bien la línea del colono, que
deben civilizarse, integrarse, en fin. Con todo él trabaja bien, tiene bien organizada
la misión allí en Guasaquenza, el P. Marcelo Coronel.
Eso es lo que hay, pero no hay mucho. De los obispos....!!!
[hace un gesto y toma un momento de silencio para luego proseguir hablando]...
más o menos, más o menos, hay poca sensibilidad. Y hasta misioneros hay algunos
capuchinos como Charly, P. Juan Carlos Andueza que trabaja con los Huaorani...
Algunos hay pero no mucho.
ROBERTO: Por desgracia salieron los Carmelitas [del Vicariato
de Sucumbíos] que fueron expulsados en ese contexto.
BOTTASSO: Tuvimos la desdicha allá de un Nuncio que era un
Nuncio de miedo. De miedo. Uno tan poco respetuoso.
Ahora hay uno que acababa de llegar. Yo me vine hace un mes y
él llegaba. Es un español parece muy buena gente. El que tuvimos era un
italiano... de a perro. Francamente un hombre irrespetuoso. Fue y trató a Mons.
Gonzalo López Marañón, ocd [Ex-Vicario Apostólico de Sucumbios], lo trató ni
como uno se puede imaginar una cosa así. Fue allá y le dijo: “Bien, hay cambios y Ud. en una semana debe
inmediatamente salir del vicariato y en una semana irse a España”. ¡Oye...
un tipo que estuvo allá 40 años trabajando! Le descalificó todo su trabajo y le
vino con ese lenguaje... Hoy, hoy... ahora son dos, tres o cuatro años. Pero es
inconcebible.
Esa es una de las cosas, y después sacó al resto. Imagina,
nombró como encargado del vicariato a uno de esos que andan con botas. Los
Heraldos del Evangelio. Una cosa rarísima. Ellos nunca habían estado en
misiones. Todo el mundo dijo: ¡aquí
estamos fuera... pero a la Iglesia que le pasa! Con nuncios así que los
forman aquí.
ROBERTO: Fue un trabajo que los Padres Carmelitas hicieron de
muchos años.
BOTTASSO: Sí, yo estuve muchas veces allí en Lago Agrio dando
algunas charlas. Era muy amigo yo de Mons. López Marañón, de otros padres que
ahora están en Quito. Sí, es gente sacrificada que estuvo una vida allí. Puede
que en algunas cosas que tal vez un poco politizadas, un poco así. Pero bueno
se puede conversar. Cuiden un poco más la pastoral de la ciudad que está
creciendo. Pero tratar así a un obispo misionero. El pobre fue a morir en
Angola [Mons. López Marañón].
ROBERTO: ¿Es un signo de esperanza, es una luz esta
convocatoria al Sínodo de Obispos [de la Pan Amazonía] que ha hecho el Papa
Francisco ayer domingo 15 de octubre? ¿Qué piensa Ud. de esta convocatoria?
BOTTASSO: Sí, sí., sí… Fue una sorpresa, escuchando viendo y
escuchando las noticias, que hubo todos esos santos y después el Papa hace el
anuncio para el Sínodo el año 2019.
ROBERTO: Bueno, se va a hacer en Roma. Algunos querían que
sea en Manaos es más céntrico para todos. Hubiera sido lindo, pero el Papa lo
ha convocado para que sea en Roma.
BOTTASSO: Ahora vamos a ver qué enfoque, con quién van a
trabajar, cómo mentaliza. Porque el Papa tiene una verdadera preocupación por
el ambiente, que es seguro por la Laudato Si'. Y el otro es la sobrevivencia de
los pueblos que están allí. Y creo que el tercero será la Atención Pastoral. De
esto último ya hablaron, hubo un obispo que le dijo que las distancias son
inmensas, que hay solo un padre para todo. "¿Se
podría pensar en ordenar a personas casadas por estas inmensidades?" Y
el Papa le dijo, “ese tema hay que
pensarlo”.
ROBERTO: Ya hubo una experiencia en Chiapas.
BOTTASSO: Pero allí creo que se dispararon un poco y de golpe
ordenaron cientos de diáconos. Y todo eso fue distinto. Yo lo conocí a Mons.
Samuel Ruiz. Sí, otra persona muy
espectacular.
ROBERTO: Hoy está Mons. Felipe Arizmendi.
BOTTASSO: Sí..., que es otro bueno.
ROBERTO: Él está continuando con el trabajo de la Teología
India que también sería un aporte buenísimo para este Sínodo.
BOTTASSO: Ahora, yo a la Teología India... Aquí [en el
folleto "Gritó el Evangelio con la vida"] hay un capitulito [página
26]. Aquí está: ¿cuál es la teología? Lo que dice la teología de Yankuam... “Se dice siempre en Ad gentes, dice que Dios
ya estaba presente en todas las culturas a manera de semilla que hay que
descubrir, ayudar a que florezca”. Él dedicó una vida a descubrirla, porque
antes se decía: ¿quieres sembrar?... limpia y pon el Evangelio; y él dice...
¡No! Está allí años y años y tú descubre donde está. Y ayuda a que crezca
allí. No lo que traes tú. Y todo eso
plantea un problema teológico interesante.
ROBERTO: No solo teológico padre, también pastoral.
BOTTASSO: Pastoral y antropológico.
ROBERTO: Una última pregunta padre, porque esta entrevista me
gusta bastante en el sentido en que podamos orientar a mucha gente...
Podemos afirmar que estos misioneros que han dado la vida -algunos todavía viven- como la Hermana
Lupita [Juana Guadalupe Filiberto Lavado, peruana y miembro de la Congregación
Hermanas Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga] que tiene más de 50
años en el río Putumayo [frontera Perú - Colombia]; como P. José Miguel
Goldáraz [sacerdote capuchino en el Vicariato de Aguarico - Ecuador] ya va a
tener 50 años en el río Napo [frontera Perú - Ecuador]; y como algunos otros
que todavía hacen presencia y están trabajando en la Amazonía.
¿Podemos afirmar que ellos son los precursores de la
comunicación intercultural en América Latina?
BOTTASSO: Sin lugar a dudas. No solo ellos han intuido, y por
eso son precursores, son vanguardia. Sino que ellos no se han limitado a
formular la teoría sino que la han pagado con su vida toda. No un periodo, osea
voy a dar unos dos o tres años, en fin... ¡No, no... ellos han dado la vida, la
vida!
Hay una nota, pero aquí no tengo los cuadernos del P.
Yankuam, que dice: "Hay en la selva
el tiempo vuela. Estoy aquí en Lima y el tiempo no pasa nunca". Decir
que Lima que es una ciudad linda, llena de vida, de cultura, pero para él, la selva,
su gente. Allí sí, pero en Lima él se aburría, por decirlo así. Es uno que se
identificó... y se acabó. No es que dice..., bueno, pobrecitos estoy aquí por ellos, me sacrifico, en fin Dios me
pagará... ¡No! para él era una fiesta estar con ellos. Él estaba bien, lo
sentía como su gente. Vivía el Evangelio con alegría, amando a la gente. Porque
si tu no lo amas al destinatario... ¡vete, porque eres un estorbo! Yo vi
misioneros que están y todo, pero no hacen otra cosa que criticarlos [a los
indígenas]: "¡Ay, son vagos; ay, son
borrachos, son mentirosos, son esto...!"¿Entonces qué estás haciendo
allí? ¡Estás allí solo para criticar!
ROBERTO: ¿Demasiado clerical?
BOTTASSO: Sí, si... además etnocéntrico. Tú eres el que sabe,
tú eres el civilizado, tú eres el tal... Ellos diciendo: "¡yo perdiendo tiempo con esta gentuza... " Ahhh! ¡Es el
fin...! Y eso yo lo escuché. Están allí
pero, como decir, bueno me gano el
paraíso con esta gente que voy a hacer. Él [P. Bolla] estaba feliz con
ellos, aunque una vida dura, de privaciones desde nuestro punto de vista, pero
a él no le importaba.
Estar con ellos, comunicarles. Porque su obsesión era la
Palabra de Dios, llegar con la Palabra. Podía caminar días, quedar sin comer,
beber solo chicha. Esperar días para que bajara el río para poderlo cruzar. Y
poder allá, hablarles a las tres o cuatro de la mañana, como hacen ellos cuando
toman wayusa por la mañana [está hablando del ritual de la wayusa, que se
practica a diario, en el amanecer, en las casas de las comunidades indígenas]. Es
un compartir que allí dura dos horas charlando.
ROBERTO: Contándose un poco los sueños, los miedos, los
temores, las preocupaciones. Se hace la Kamachina [consejo]...
BOTTASSO: Corrigen a los hijos. Se dan consejos... Y esa ha sido su vida. Él
participaba de todo ello. Porque ellos con el obispo, con el huésped, son
duros, le hacen trabajar. Le exigen. Él debe adaptarse a ellos, no ellos al
huésped. Él debe estar a la hora de... Ellos son hombres [los misioneros] que
hay que admirar porque han abierto caminos.
Pero no es que uno deba ir a la selva. Uno puede hacer esto
en Lima, en Roma con migrantes, con gente de las barriadas, donde hay droga... ¡Es lo mismo, tú puedes identificarte y
partir de ellos, quererles! Porque ellos no son peritas en dulce. Son
jodidos los ashuar. Pero si tú los quieres al final buscas atenderlos. Y así es un camino que se puede hacer en cualquier
sitio, porque hay una variedad de culturas en las mismas ciudades.
Hay que partir con cariño, de lo que son, de cómo son,
considerándote no dueño sino huésped. Y desde allí vas a llegar acompañando, no
dominando, no solo adoctrinando… Eso es.
ROBERTO: Podemos resumir que la comunicación intercultural,
como dicen los expertos, se basa sobre tres fundamentales elementos: la
apertura, el respeto...
BOTTASSO: ¡Respeto no solo…, hasta más... El cariño!
ROBERTO: Si exactamente... el cariño. Y una cosa muy importante:
la conservación de la lengua para dialogar. Porque la lengua te abre a entender
la realidad. Porque uno con la propia lengua nunca podría entender la riqueza
que hay dentro de toda esta profunda visión y cultura que hay.
BOTTASSO: Pero es interesante, yo estaba publicando las
circulares de los primeros vicarios apostólicos desde fines del siglo XIX.
¡Interesante...! Ya citaban hace más de un siglo unos
documentos de Propaganda Fidei que decía: "un
misionero que después de dos años no ha aprendido la lengua del lugar es mejor
que se retire..." ¡Ya hace un siglo! Solo que después nos entró, -no
tanto ellos [los misioneros]-, pero "¡esa
lengua desaparece... y que aprendan el castellano!"
Y no se ha hecho el esfuerzo. Pero ya había esa regla.
ROBERTO: Nos venció la comodidad.
BOTTASSO: ¡Sí, claro...! Es mucho más cómodo que ellos se
adapten a mí y no yo a ellos. Eso es todo. El huésped, en cambio, se adapta al
dueño. Pero si el dueño eres tú, pretendes que ellos se adapten a ti.
Allí está todo.
ROBERTO: P. Juan Bottasso muchas gracias por esta primera
entrevista.
Roma, lunes 16 octubre 2017
Nota: Los contenidos que están entre corchetes [...] son míos y es para clarificar algunos datos.
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