domingo, 14 de junio de 2015

Los Oblatos con los pueblos del río Napo peruano

UNA EXPERIENCIA QUE MARCA NUESTRO CAMINO


Coordinando con el Vicariato Apostólico:


Estuve en la pastoral indígena del Vicariato Apostólico San José del Amazonas – Loreto – Perú. Como iglesia local, la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Santa Clotilde, río Napo, coordinábamos acciones con organismos como CEAS – Comisión Episcopal de Acción Social – que trabajó en la zona dos proyectos sobre: “Transformación de conflictos” y “mitigación de conflictos y desarrollo en la Amazonía”.



Como Puesto de Misión, trabajamos en coordinación con la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, quien ejecutó el proyecto “Formación itinerante de líderes sociales de la cuenca del río Napo en el desarrollo integral de sus comunidades”, del año 2010 - 2012.


Cuando se empezó a formular los proyectos, tengo que mencionar, que nacen en medio de la lucha indígena que llegó a su estado critico en abril del 2009, y que tuvo en la cuenca del Napo un conflicto violento entre la Marina de Guerra del Perú, quien al parecer, actuaba como protectora de la empresa petrolera Perenco, quienes decidieron desbloquear el río enfrentándose a los pobladores indígenas que habían organizado esta medida como rechazo a los decretos legislativos dados por el gobierno del señor Alan García Pérez, ex presidente del Perú.




Organizaciones indígenas retoman el diálogo con la Iglesia:

Las organizaciones indígenas: ORKIWAN – Organización Kichwaruna Wangurina del Alto Napo – y FECONAMNCUA – Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo, Curaray y Arabela -  me pidieron trabajar con ellos haciendo un proceso de acompañamiento.


Recuerdo que ambas organizaciones indígenas, en los primeros diálogos que tuve con ellos, manifestaban que ven amenazadas sus poblaciones y sus territorios por la extracción petrolera por parte de empresas presentes en la zona, como Perenco,  Repsol, Sudandean y en un futuro cercano, se escuchaba la presencia de Petrobras. Otra de las amenazas fuertes son la tala ilegal de madera y todo lo que implica este tema, y por supuesto, la presencia de mineros ilegales extractores de oro en la cuenca del río Napo. El tema de la Consulta Previa era como un tema "chino" para ellos. No se aplicaba esto a pesar que el Convenio 169 había sido firmado por el Estado Peruano hace varios años atrás.


Todas estas acciones que como Misión Católica veníamos trabajando, las hicimos partícipes a los organismos de estado correspondiente, sea en el Gobierno Regional de Loreto, como en las instancias del gobierno central en Lima. Por ejemplo, una de las personas que estuvo todo el tiempo al tanto de lo que sucedía en el contexto de la presencia de dragas fue el Procurador del Ministerio del Ambiente, Dr. Julio César Guzmán, quien manifestó su preocupación por el tema y trabajaba por esos años en ese Ministerio que tiene en el Perú muy pocos años de actividad.



Los OMI PERÚ asumimos el reto:


La Misión de Santa Clotilde - río Napo,  había sido encomendada a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, Delegación del Perú. Pudimos como equipo oblato plantearnos preguntas y tratar de dar respuestas a cómo  íbamos a responder a esta realidad como Iglesia Católica. Empezamos a desarrollar unas estrategias, en diálogo con los laicos, para lograr una labor pastoral teniendo como uno de los ejes transversales: la Justicia, Paz e Integridad de la Creación. De la mano con la Pastoral Indígena del Vicariato, y por supuesto de su Plan Pastoral Vicarial, nos sentimos preocupados que los agentes de pastoral, laicos, religiosas y sacerdotes, podamos articular acciones y estrategias conjuntas para que la población más vulnerada pueda ser escuchada y atendida. El trabajo de Promoción Humana no es nada fácil, sin embargo, en coordinación con las organizaciones civiles y gobiernos locales se pudo lograr poner en agenda la realidad social, económica, política y cultural de la cuenca del Napo, a pesar de los riesgos que vivimos en medio de ello.




El NAPO aparece en la agenda política:

Quiero atreverme a afirmar que hasta esa fecha el río Napo no aparecía en la coyuntura social de la Amazonia Peruana. Es más fácil para quienes nos gobiernan, y para quienes quieren invertir en esta parte del mundo, silenciar y ocultar la realidad de la gente. Con el segundo gobierno de Alan García Pérez lo que se notaba era, y por propia boca de él, que los indígenas "no comen ni dejan comer". La famosa política del perro del hortelano que se empezó a cuestionar desde ese momento en todo el Perú. Lamentable situación la de un gobernante que quiera mostrar una realidad sesgada, pero sobre todo mentirosa, afirmando que la amazonia no está habitada, entre otras afirmaciones que se han ubicado en la historia peruana. Unos meses más adelante, con el gobierno de Ollanta Humala, se dio inicio a la política de "inclusión social" queriendo con ello hacer creer a la población Napuruna que el gobierno tiene la posibilidad de sostener económicamente una política que disminuyera los índices de pobreza y desnutrición en la cuenca. Aquí se viene a la memoria la tan "inusual incursión" de la Armada Peruana de querer "involucrarse", con el gobierno de turno, la empresa privada. Se denominó a todo ello  "el plan acción social para el desarrollo de la cuenca del Napo, pero con sostenibilidad". Sin embargo, en ningún momento se mencionaba el Plan Amazonas que perfectamente es, todavía, el sueño de algunos por hacer de la Amazonia, un "gran fuerte". Así, la empresa privada, bien resguardada, por supuesto,  por los militares y bajo una política extractiva firme sin contemplaciones, quiera hacer de esta parte del mundo, su recinto de producción y crecimiento económico, que en realidad, es para el mayor beneficio de ellos, aunque les hagan creer a la población que podrán vivir de las regalías del petróleo. Y por otro lado, el gobierno peruano queriendo trabajar un plan piloto ad portas de los 200 años de independencia del Perú que se celebrará en el 2021. Da la impresión que todo tiene que correr a como de lugar para llegar a esa fecha con ciertos índices de disminución de pobreza o desnutrición que tanto interesa al gobierno  y así demostrar que el Perú está "trabajando" con miras a llegar a celebrar los 200 años de independencia republicana disminuyendo índices estadísticos que en la realidad, no reflejan la realidad peruana.



Un contexto muy complejo, muy poco entendido por los gobernantes locales, menos por la población. Lo cierto que en la cuenca del Napo se empezaba un piloto que pueda dar inicio a una nueva forma de "acercamiento y atención por parte del estado a los pueblos de la frontera, en especial, Loreto". No quiero traer un recuerdo no grato aquí pero lo dejo para el diálogo, se trata del tan esperado SAMU FLUVIAL que "fue inaugurado" por el mismo presidente como lo más grande en atención de salud en la Amazonia Peruana. Situación que deja mucho que pensar porque en realidad no se concretó nada.


La Misión no fue fácil, como toda misión en la Iglesia:


Inicialmente la labor pastoral emprendida por los OMI en Santa Clotilde empezó en medio del conflicto amazónico. En ese momento había empezado a vivir como diácono recién ordenado. El apoyo en todo momento fue de la Delegación OMI PERÚ quien respaldó la labor nosotros los misioneros que asumimos la parroquia en agosto del año 2008.

El desafío mismo de la misión nos llevó a asumir una labor pastoral desde las recomendaciones hechas en el Documento de Aparecida. Los obispos amazónicos en esa oportunidad fueron muy precisos respecto a cuál debe ser la labor de la Iglesia en la Amazonía. Sus escritos y manifiestos dejaban en claro que como Iglesia teníamos que actuar y tener una postura muy clara, pero sobretodo una opción preferencial. Como Puesto de Misión determinamos que el primer desafío es poder contar con un equipo pastoral parroquial formado y constituido sobretodo por laicos, religiosas y sacerdotes. Es clave la participación de los animadores cristianos, en su mayoría indígenas, como agentes de pastoral en las comunidades a lo largo del río. Son ellos los que conocen muy de cerca lo que sucede en su comunidad, en su entorno, en su territorio, en sus cochas, en sus quebradas, en su río. Ellos son los primeros evangelizadores nuestros en esta tarea. Ellos nos llevaron a las autoridades indígenas, comunales, a las organizaciones y a convivir en medio de su comunidad. 

Por cierto, muchas veces, meditando me puse a pensar en aquello que nos enseñaron en los primeros años de la formación: "EVANGELIZARE PAUPERIBUS MISIT ME. PAUPERES EVANGELIZANTUR".  Y concluyo que cuanta verdad se encierra en este principio.


Para lograr este objetivo, hasta ese momento, todavía no había llegado ningún apoyo de afuera.


Párrocos oblatos se desafían unos a otros:


Quiero recordar un acontecimiento muy importante. La Delegación OMI PERÚ fue anfitriona del Primer Encuentro Latinoamericano de Párrocos Oblatos, con el tema: "La justicia y la paz en la misión de las parroquia oblatas", actividad que se desarrolló en la Casa Oscar Romero, en el distrito de Carabayllo - Cono Norte de Lima, los días 20 al 25 de abril del 2009. Una actividad que nos permitió como misioneros oblatos cuestionar nuestra actividad pastoral desde las parroquias que asumimos. Allí como misioneros pudimos concluir que:  


"En este contexto reconocemos el esfuerzo de cambiar nuestra acción pastoral, caracterizada en muchos casos por el sacramentalismo y tendencias poco participativas, que no responden a un ministerio profético ni dan respuestas a las aspiraciones de los pobres," [...]


"La parroquia como signo de la presencia de Dios para el pueblo, para todos; que anuncia horizontes, denuncia injusticias, interpreta los signos de los tiempos, acompaña desalientos y se compromete con la formación permanente de un laicado maduro" [...]



"Parroquia abogada de la justicia y defensora de los pobres  
[...] Llamamos a una solidaridad mayor con las luchas de los 
pueblos indígenas por defender el agua, la tierra y su 
derecho a existir y gozar de una vida digna".




Un conflicto que abrió una profunda herida en el Napuruna:


Al retornar a Santa Clotilde ocurrió un conflicto en la cuenca del Napo. Lo pudimos registrar y lo comunicamos. Este acontecimiento, por cierto, por nadie querido, fue el detonante para hacer una lectura nueva y para tener una mirada nueva como Iglesia acerca de lo que se vivía en la cuenca. La prensa tuvo una cobertura regional del tema [lamentable que en la capital del Perú esta noticia, al parecer, nunca llegó... las razones pueden ser obvias]. Así informaron algunos medios: "Los pobladores nativos de la comunidad de Copal Urco ubicada en la cuenca del río Napo denunciaron un nuevo acto de provocación por parte de efectivos de la Marina de Guerra del Perú, quienes traspasaron el bloqueo de los indígenas que impide el acceso a dicha zona. Fueron avistadas las embarcaciones de la empresa petrolera Perenco, escoltadas por ocho botes de la Marina de Guerra del Perú , que opera en la cuenca del río Napo , lo cual es un hecho que busca un enfrentamiento con nosotros”, declaró Roger Canelos Yume, Apu (jefe) de la comunidad de Copal Urco". Este primer enfrentamiento en la cuenca del Napo fue el 04 de mayo del 2009, a un mes del Baguazo ocurrido el 05 de junio en otra región de la Amazonía Peruana.



Después de algunos meses de desconcierto por todo lo vivido en la Amazonia, y constatando que muchos pobladores de la cuenca ni enterados de lo que ocurría en el río Napo, peor aún, la población de Iquitos, y ni qué decir del resto del país, tuvimos que preparar, como era la costumbre en la parroquia, una actividad de formación en plena semana de aniversario que se acercaba.


Laicos y población entran en escena:


La semana parroquial de agosto del 2009 fue el momento preciso para tocar el tema acerca de la presencia de empresas extractivas en la zona. Petroleras, mineras informales, madereras ilegales, empresas congeladoras dedicadas a la pesca semi industrial ilegal, entre otras amenazas que empezamos a conocer.



La amenaza más fuerte la sentimos cuando en el Centro de Salud empezaron a hacerse presente pobladores de la ribera con cuadros de intoxicación, problemas gastrointestinales, etc, al parecer por la contaminación de las aguas de los ríos Napo y Curaray. Se hizo las denuncias al gobierno regional y se pidió que se analizaran las aguas, los peces, animales y personas de algunas comunidades indígenas. Hoy con certeza sabemos por los resultados de las investigaciones realizadas por el IIAP – Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana – y unas ONGs holandesas arrojaron altos niveles de mercurio y plomo, dentro de lo permitido, en los peces, y otros. Los resultados de estudios hecho a personas puede darnos mejores elementos para la comprensión de la dimensión de la problemática ambiental y de salud de los pueblos que allí viven. Otras instituciones en coordinación con la Misión hicieron un primer estudio de la presencia de metales pesados en los peces del Napo y este reveló que existirían serios problemas si se continua consumiendo algunos peces que están presentes en el río y que son alimento de consumo de los pueblos.

Este tema desencadenó en nosotros una mayor preocupación porque, al parecer, se ha politizado en toda la región Loreto. Como responsables del Puesto de Misión lanzamos la alerta para que este tema sea monitoreado y tratado con responsabilidad.


¿Qué hacer y a quiénes compartir esta situación? En este contexto nos acercamos a instituciones de Iglesia  para trabajar estos temas en la zona. La labor continua ahora con el acompañamiento de ellos, sin embargo, todavía se necesita seguir trabajando en otro nivel, desde las bases, con propuestas elaboradas con la misma población. Es importante escuchar a la gente, qué piensa, qué elementos maneja, etc. Con diálogo entre población, autoridades locales, regionales, nacionales, las organizaciones indígenas y la empresa privada es posible llegar lejos, pero un diálogo sincero, cara a cara, no una "fachada" llamada diálogo . No puede primar en este diálogo los intereses particulares ni las presiones económicas ni políticas por encima de la vida de los pueblos.



En una entrevista, en esos meses posteriores al conflicto, que le hice a P. Jack MacCarty, OPRAEM, un norbertino que lleva cerca de unos 30 años trabajando como médico y sacerdote, respondió así: P. Jack ¿qué ideas y sugerencias tienes para esta reunión entre petroleros, comunidades nativas del Curaray y el gobierno regional?, y respondió... "Primero RECONOCER QUE NO ES UNA REUNIÓN ENTRE IGUALES. Que no es una reunión entre ricos y pobres. Por ser así se habla de que un grupo de personas pide favores a otras personas. Esto no es la situación. El INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) dice que esta zona del Perú es una zona de pobreza extrema. Esto no es verdad. Las compañías petroleras no están aquí porque hay pobreza extrema en esta zona. Ellas están aquí porque reconocen que es una zona rica en minerales, hidrocarburos, agua y bosques. Entonces, el problema es que la pobreza que existe aquí ha sido creada, no es porque no hay riqueza. El problema es que  la gente que vive aquí no tiene relación legal con su propia tierra, con su tierra ancestral. Si tuviera posesión de este terreno, los petroleros estarían hablando entre iguales. Ahora, ¿a dónde voy con todo esto? Lo que los petroleros pueden hacer más a favor de las comunidades nativas es ayudarles a recuperar su reconocimiento legal por estar viviendo en su tierra ancestral. ¿Qué quiere decir esto? (Uno) Eliminar madereros ilegales. (Dos) Conseguir contratos de crédito para carbono. Tratado de Kioto. Las compañías petroleras tienen abogados internacionales que conocen todo esto muy bien. ¿Qué requiere? Las compañías tienen que ir a Alan García y decir QUEREMOS RECUPERAR EL BOSQUE por dos motivos: Primero, porque somos compañías justas. Es justicia. Segundo, porque somos una compañía ambientalista".

Conversando con los agentes pastorales, la Semana Parroquial se convirtió en una semana de concientización en el tema. La población que asistió es consciente de ello, pero no es suficiente eso. Nuestro esfuerzo como Puesto de Misión, como Iglesia era empezar a trabajar el tema preventivo.



Los pueblos no contactados:


Otro tema que nos preocupa y lo hemos compartido es sobre las poblaciones indígenas no contactadas en la zona. Concretamente en la zona límite Perú – Ecuador donde existen concesionados lotes petroleros entregados a inversionistas franceses, ingleses, españoles. Algunas ya en fase extractiva. Un gran conocedor del tema es el P. José Miguel Goldaraz, OFM Cap con 40 años de experiencia y de presencia en plena frontera peruano - ecuatoriana. En alguna oportunidad le hice esta pregunta: José Miguel, cuando hablas de pueblos no contactados o pueblos, mal dicho, en aislamiento voluntario, ¿a qué te refieres según tu teoría? y respondió: "En general, se les conocen como pueblos en aislamiento voluntario pero, creo que eso es  una mala definición de estos pueblos porque de voluntarios no tienen nada en absoluto, son forzados por la penetración de las empresas y por la penetración del turismo y de los colonos, están obligados a aislarse y alejarse de sus tierras originarias, por lo tanto, de aislamiento no tienen nada. Es otra cosa muy distinta que sean no contactados, porque ellos evitan no contactar con la presencia del pueblo extranjero, sea indígena mismo o especialmente si es relacionado con empresas, generalmente petroleras o también madereras. Esa es la diferencia que yo  pongo entre no contactados y pueblos en aislamiento voluntario".



La estrategia pastoral consistía en:


El Puesto de Misión mantuvo en la Pastoral Social una fuerte dimensión pastoral por trabajar. Esto nos llevó a realizar diversas actividades:

 - Reuniones de coordinación: con las organizaciones en constantes encuentros.
- Talleres de capacitación: dos o tres veces al año con la participación de los involucrados, sociedad civil, organizaciones y autoridades locales.
- Monitoreos y visitas: las comunidades son visitadas mensualmente por profesionales de campo y monitores y misioneros.
- Encuentros pastorales: La semana parroquial en el mes de agosto se ha convertido en el espacio de diálogo y debate sobre temas de agenda.
- Entrevistas: en las instalaciones del gobierno regional se pide dialogar con las autoridades para presentar las demandas y preocupaciones.
- Lista de contactos: se trabaja en coordinación con redes que trabajan en la misma línea. Redes políticas, sociales, comunicación radial, prensa.
- Encuentros juveniles: con la población estudiantil se trabaja desde las aulas de las escuelas un programa de formación de la conciencia crítica para el cuidado del medio ambiente. Los jóvenes también tienen su semana juvenil parroquial en el mes de noviembre donde  dialogan, debaten, interactúan, se preocupan y aprenden a plantear propuestas a trabajar desde sus respectivas escuelas.
- El Proyecto Recrearte. Es un trabajo con niños y niñas de las comunidades indígenas. Durante el mes de enero, tiempo de vacaciones en las escuelas, desde el año 2009 veniamos trabajando tres áreas muy importantes en la formación de la niñez: Identidad Cultural, Ecología y Dignidad Humana. El tema preventivo está presente sabiendo que este grupo humano es el más vulnerable en la zona.




Las personas que han participado en este proceso de establecer una relación efectiva con los misioneros fueron normalmente las autoridades comunales indígenas quienes mostraron más interés en coordinar. Las autoridades locales hicieron su esfuerzo para trabajar en conjunto, por ello se fortaleció en Comité Multisectorial del Napo. Una especie de congresito, donde las autoridades y/o representantes nos encontrábamos para dialogar sobre la problemática que iba surgiendo en la zona. En algún momento, los representantes de la empresa petrolera participaron de los eventos que se realizan durante el año. Las organizaciones indígenas tienen sus bases regionales y nacionales con quienes estamos en coordinación constante sobre todo cuando se trata de trabajar agendas como temas de salud, educación, recursos naturales, territorios, etc.


El FORMABIAP – Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana – y el PEBIAN – Programa de Educación Bilingüe del Alto Napo – son dos ejemplos a considerar cuando trabajamos y articulamos propuestas en temas de educación.



La Micro Red de Salud del Napo:


En el campo de la Salud, la Misión de Santa Clotilde del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, en convenio con el Ministerio de Salud, atiende la Micro Red Napo. Son 13 establecimientos de salud que están a cargo del sacerdote y médico norbertino P. Jack Mac Carty OPRAEM hace más de 25 años. La empresa petrolera Perenco, en alianza con la Marina de Guerra y el Gobierno Regional de Loreto, hacen atenciones de salud esporádica en un buque tópico por la ribera. Con poca coordinación efectiva para tratar asuntos serios que conlleva tomar decisiones acerca una efectiva atención de la salud de la población. Es bueno reconocer que esta estrategia empleada por el gobierno es un paso importante, sin embargo, hasta ahora la sociedad civil no participa efectivamente en los procesos de articulación, evaluación y toma de decisiones de una manera efectiva en la zona, lo poco que se hace o decide se realiza desde la ciudad de Iquitos, capital de Loreto, que queda a tres días en lancha o a ocho horas, como mínimo, si los líderes o autoridades comunales pudieran tener el dinero suficiente para trasladarse a la ciudad, hospedarse y alimentarse por unos días, esto implica, dejar su casa, su familia y su trabajo.



Lo que hiso efectivo el trabajo fue:
- Coordinaciones constantes: con los involucrados.
- Trabajos en equipo: con agentes de pastoral y profesionales de campo.
- Participando en redes: que trabajan el tema de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.
- Apoyo de las autoridades eclesiásticas: los obispos de la Amazonía Peruana están comprometidos con el tema.
- Involucrando a otras organizaciones afines.

La Iglesia Católica tiene claro su misión en la Amazonia. Sabemos que como Oblatos hemos sabido contribuir a un proceso que seguirá caminando. Un trabajo que demanda de mayor presencia de misioneros y misioneras. Los Vicariatos Apostólicos de la Amazonia necesitan de más brazos. Hay un hambre de Dios y de Justicia en los pueblos. La voz de Cristo se deja escuchar en cada hombre y mujer, en cada niño o joven. La Iglesia latinoamericana tiene en la Amazonia un grande desafío a continuar un trabajo con ardor y valentía.

Dialogando con algunos Agentes de Pastoral de la parroquia, pero sobretodo con Richard Rubio Condo, presidente de FECONAMNCUA y con el profesor Enrique Coquinche, ex presidente de ORKIWAN, pudimos rescatar los siguientes avances:



- Toma de conciencia: la población ha crecido en la toma de conciencia sobre la problemática medio ambiental.
- Líderes se organizan para defender y conservar  su cultura e identidad.
- Los líderes y agentes de pastoral reconocen el liderazgo de sus autoridades, identifican problemas y buscan alternativas de solución mediante iniciativas desde su realidad.
- Los líderes y agentes de pastoral tienen mayor compromiso y exigen que se les brinde una mejor atención, se respete sus derechos.
- Se evidencia más participación de los líderes, presentan denuncias, dialogan, dan testimonio  de sus problemática, en coordinación con la Oficina de Derechos Humanos del VASJA. Como también con otras instituciones como el Instituto de Defensa Legal, la Defensoría del Pueblo, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
- Los líderes han venido cumpliendo un rol activo frente a la defensa de sus recursos naturales y de su territorio, organizándose para protegerlo de los madereros ilegales, mineros informales y de las empresas petroleras. En el caso de las empresas petroleras, se evidenció que las comunidades no conocen el programa de Responsabilidad Social que maneja la empresa petrolera.
- Los líderes recibieron capacitación permanente mediante talleres consecutivos sobre temas de interés comunal, fortaleciendo sus capacidades y su desarrollo humano en las visitas comunales.
- Insertar la presencia y la participación  de mujeres en los talleres, en equipos de autoridades y de los comités de vigilancia.
- Los jóvenes reflexionan en sus propios espacios y plantean propuestas a trabajar.
- Elaboración de una agenda indígena del Napo: las autoridades comunales y líderes elaboran su propia agenda a trabajar, preparan demandas y plantean propuestas.
- Elaboración de un mapa que identifica los conflictos sociales existentes.
- Organizaciones indígenas coordinan acciones conjuntas a trabajar  por el desarrollo de la cuenca.
- Promoción y conformación de  comités de vigilancia en la cuenca del río Napo. Tema ambiental y educativo.
- Líderes de  comunidades organizadas de la cuenca del rio Napo promueven la conservación y defensa de sus recursos naturales y del medio ambiente, como también defienden su derecho a ser consultados antes que ingrese la compañía petrolera.
- Líderes que respetan y cumplen con los acuerdos comunales.  Además generan denuncias frente a la tala ilegal, contra las irregularidades de profesores ausentes en las escuelas, mineros ilegales que usan dragas que contaminan el río y, el rechazo a presencia de petrolera en pueblos indígenas sin haber el Estado hecho la consulta previa.
- Comunidades actualizan sus documentos de gestión y cuentan con los mismos (estatuto comunal, padrón comunal, libro de actas, reglamento interno).
- Líderes de  comunidades que recibieron capacitación generan iniciativas y formulan proyectos de desarrollo comunal en la cuenca del río Napo. Por ejemplo, algunos proyectos productivos que se presentaron en el Presupuesto Participativo del distrito del Napo, recibiendo su aprobación de la comuna.
- Participación en mesas de trabajo: las organizaciones se preparan para participar en mesas de trabajo, planteando propuestas de desarrollo en temas concretos.
- Pastoral de comunicación: se ha creado un boletín informativo que nos permite informar a la población acerca de temas de actualidad, plantear temas de reflexión, frente a la carencia de medios de comunicación social no existentes en la zona.


Haciendo un repaso de como estábamos avanzando en el proceso nos dimos cuenta que habíamos empezado a crear un proceso de concientización y de involucramiento de las personas, que no necesariamente eran católicas o muy comprometidas con la Iglesia. Lo cierto fue que el tema de territorio, el tema de pertenencia a la Amazonia y de como ir mitigando conflictos que se iban presentando y de como proponer diálogo con las instancias debidas se convirtieron en estrategias a las que no queríamos renunciar. Se que el estilo de decir las cosas no era agradable para algunos, pero nosotros si lo vimos conveniente. Las personas que viven en la cuenca del Napo necesitan saber lo que pasa y que se les diga de la manera más sencilla, clara y sencilla, aunque sabemos que los temas son complicados; pero el poder tomar conciencia y lograr algún día saber como enfrentar los efectos que traen todos estos cambios, se le llama comúnmente, los impactos sociales, nos anima a seguir en el trabajo.



Estos fueron los pasos que dimos:


- Convocatoria de actores sociales: se promovió el fortalecimiento de las organizaciones indígenas, de los líderes de los barrios, entre otras.
- Diálogos constantes: es el eje del trabajo coordinado.
- La metodología que se aplica resulta óptima y pertinente,  pues es  activa,  participativa e inclusiva.
- El trabajo coordinado y en equipo fortalece las relaciones comunitarias entre los profesionales de campo, la parroquia y los líderes y agentes de pastoral en formación.
- Acompañamiento y asesoría continuos: tanto los misioneros como los profesionales están atentos a cualquier consulta o asesoría.
- Constantes evaluaciones: del trabajo desarrollado por metas o efectos logrados.
- Informes constantes a las autoridades eclesiales: tanto el Obispo como el Superior Mayor de la Congregación están informados del trabajo que se realiza.



Hasta aquí somos conscientes que como Parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Santa Clotilde - río Napo nos habíamos convertido en un referente para la población. El trabajo que realizamos los misioneros es creíble. La población de las comunidades indígenas respalda el trabajo misionero y se articula el trabajo social con la pastoral. A ello se suma, y muy bien, el respaldo de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada del Perú, el respaldo del Vicariato Apostólico San José del Amazonas en lo que concierne a la pastoral indígena.


Como personas, como cristianos, como sacerdotes hemos crecido, hemos aprendido mucho. Los agentes pastorales laicos nos han ayudado muchísimo en este proceso. Nos animan en el camino, nos aportan con sus alimentos, con su estadía cuando llegamos a sus comunidades. Normalmente nos ha tocado dormir en alguna casa compartiendo con la familia, o en un local comunal o la escuela. Lo aprendido de este proceso fue que:


Solos no podemos hacer las cosas.
- Tenemos que trabajar en alianza con otras instituciones.
- Respetar el proceso de las personas y de las comunidades indígenas.
- Respetar la cultura naporuna.
- Integrar en el trabajo pastoral a todos los agentes de pastoral.
- Conocer más de cerca la situación que viven las poblaciones más vulnerables de la Amazonía Peruana.


Al repasar todas estas líneas, pareciera que todo fue de maravilla. Eso no es cierto, porque surgieron situaciones que nos permitieron frenar el ímpetu, quizás el deseo de avanzar lo más que se pueda. Ahora, mirándolo con tranquilidad concluyo que como personas humanas nos cansamos, nos sentimos impotentes frente a situaciones difíciles, cierta frustración se vive cuando hay personas que cambian su parecer porque se creyeron el cuento que esto de la extracción es lo mejor. Realmente molestaba ver a los agentes pastorales que con tiempo de formación eran llevados por la empresa petrolera para trabajar en sus campamentos y veíamos que perdíamos a un buen hombre que necesita dinero para el sustento de su familia. Pero también da mucha esperanza ver que hay personas que se mantienen fieles y fuertes a este proceso devastador que han empezado a vivir los pueblos de la Amazonia Peruana y a pesar de ello no callan ni se sienten menos frente a la autoridad o agentes comunitarios que visitan las comunidades animando a que crean en la empresa y que esperen un pronto trabajo que les ayudará para el "desarrollo" de su comunidad.


Si hubo amenazas:


La Misión de Santa Clotilde cuenta con un grupo humano comprometido. Agentes de Pastoral y profesionales de la mano con los misioneros venimos integrando en el apostolado la fe y la vida. Justamente en este proceso de reflexión estamos encontrando situaciones que ponen en riesgo la vida y la integridad de los agentes de pastoral.


Las comunidades del bajo Napo están, todavía, viviendo momentos difíciles por la presencia de mineros ilegales de oro. Con presencia de dragas artesanales y otras de dimensiones mayores, de propiedad tanto de peruanos como de brasileños y colombianos se han enquistado en la zona a pesar de los reclamos de las autoridades comunales e indígenas del lugar. La población en general, 27 comunidades del bajo Napo, de la mano de los misioneros y del profesional de campo, Jorge Luis Gutiérrez Martínez, que se desempeñaba como coordinador encargado de la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato San José del Amazonas, se venia trabajando la formación de líderes cristianos y sociales de la cuenca. Este trabajo logró identificar la preocupación de la población quien se viene quejando por las consecuencias que trae la extracción de oro en el río. El peligro de verse afectados en su salud los llevó a reunirse y tomar decisiones para rechazar tal presencia de mineros ilegales. Estas decisiones fueron recogidas por el profesional en mención quien presentó ante las autoridades de la región lo que sucedía. Paralelamente la Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo, Curaray y Arabela – FECONAMNCUA – hizo suya la denuncia y demandaron al Estado actuar para erradicar a los dragueros de la zona.


En pleno ejercicio de su trabajo, Jorge Luis Gutiérrez, quien se hallaba en la localidad de Tacsha Curaray, medio Napo, sufrió el asalto del lugar donde se quedaba a vivir. Uno de los ambientes de la parroquia que usaba para pernoctar por la noche, mientras él cenaba en casa de la autoridad del pueblo, la noche del 18 de abril del 2012, al retornar  para descansar, se dio con la sorpresa que habían forcejeado la puerta, ingresando, robándole la computadora portátil, documentos donde las autoridades firmaron para ser presentados a la autoridad competente quejándose de las dragas, también dinero en efectivo y sus pertenencias. Apareció en las paredes pintas que decían: “Así mueren los bocones”, y símbolos de muerte. Esta situación se reportó a las autoridades comunales quienes actuaron levantando un acta de los hechos acontecidos. Inmediatamente me fueron comunicados los hechos, quien a su vez comuniqué al obispo Mons. Miguel Olaortua con quien tomamos acciones para retornar a Jorge Luis a la ciudad de Iquitos. Recuerdo el mensaje dirigido por el Obispo en este contexto: "Como misioneros rechazamos todo acto de violencia que atenta contra la vida y repudiamos todo acto de instigación, amenaza que vulnere o atente  contra la vida y la integridad de las personas comprometidas en esta labor en favor de la vida de los pueblos y de la Amazonía."


Ahora, son las autoridades comunales y agentes de pastoral, animadores cristianos los que viven en zozobra soportando amenazas directas en sus casas, en medio de sus comunidades. Esta situación se vuelve preocupante por el riesgo que corren las personas, y por la ausencia del estado en los pueblos de la ribera. Hay que saber que no existe presencia policial ni autoridad competente que asuma con responsabilidad esta situación. Todavía el Estado piensa que con la presencia de la PIAS - Plataforma Itinerante de Acción Social - en la cuenca se ha dado un paso fundamental que acerca las fronteras al Estado. Lo cierto es que no. Hay mucho que corregir en este tema y se espera todavía mucho que se pueda dialogar en la zona, digo en Santa Clotilde, porque solamente involucrando en la evaluación a la sociedad civil acerca de como vienen trabajando todos estos meses, esta "estrategia" en la cuenca del Napo se empezará a vislumbrar mejores políticas, más reales todavía, de las que el Estado piensa que realiza bien. 

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