Propuesta de Mejora en la Transversalización del Enfoque Intercultural
INTRODUCCIÓN
Dando continuidad a la evaluación parcial que presentamos, la intención que tiene este trabajo es de exponer algunos elementos que podrían ayudar, desde un enfoque intercultural, a la metodología de transversalización en la elaboración de proyectos de desarrollo, pero específicamente, para la Amazonía.
Para tal motivo, vamos a revisar la propuesta elaborada por GIZ1. No solo analizaremos de manera crítica las etapas de la metodología que presenta GIZ, sino también, recorreremos algunos conceptos que nos ayudarán a profundizar nuestra propuesta. Además, nos basaremos en la dinámica misionera que realiza la Iglesia Católica a través de sus agentes pastorales que han dejado un legado muy valioso viviendo entre los pueblos indígenas. Es importante considerar como, de manera creativa, la labor misionera de la Iglesia nos puede brindar valiosos elementos para elaborar proyectos con un fuerte enfoque intercultural. A lo largo de la historia, se puede verificar los aportes de la Iglesia Católica en los procesos de organización, gestión, planificación y acompañamiento que realiza en su labor misionera y pastoral a los pueblos indígenas en la Amazonía peruana.
Pueblo Napuruna (foto: Roberto Carrasco) |
Considerando que este Diplomado de Interculturalidad y Pueblos Indígenas Amazónicos tiene un carácter interdisciplinar, estamos convencidos que los aprendizajes obtenidos en este encuentro entre la Teología de la Misión y la interculturalidad pueden ofrecer criterios que en su aplicabilidad, la misión de la Iglesia en la Amazonía ya viene trabajando hace más de 100 años.
¿POR QUÉ UN ENFOQUE DE INTERCULTURALIDAD EN LA ELABORACIÓN DE PROYECTOS DE DESARROLLO EN AMAZONÍA?
GIZ nos presenta dos argumentos: el normativo y el funcional2. Pero además, está el argumento de corresponsabilidad. Cuando se encuentran los derechos individuales y colectivos frente a la propuesta de los Planes de Vida de los Pueblos Indígenas3, esto permitiría no solo el reconocimiento de las diferencias, sino que después de iniciar un proceso de diálogo intercultural, puedan lograrse dos aspectos claves: por parte del Estado, el compromiso directo de asumir la propuesta del Buen Vivir de los pueblos amazónicos y, por parte de los pueblos indígenas, el compromiso directo de coordinar con las instancias del Estado todo lo que se refiere a la gobernanza y la gobernabilidad.
Porque un enfoque de interculturalidad tiene una profunda relación con la vida misma de los pueblos amazónicos. La puesta en práctica de este enfoque podría ayudar a la desconcentración del poder y los procesos de descentralización del poder del Estado. Ya que la interculturalidad toca la vida de cada persona, de cada pueblo, de cada nación en la Amazonía. Aquí es importante subrayar las palabras de Maria Heise cuando afirma que
la interculturalidad es la situación de respeto, tolerancia, intercambio y diálogo productivo entre los diferentes grupos étnicos y culturales, en el que cada uno aporta a los otros. Es la solución al problema de choque de culturas, a la pérdida de identidad, marginación y olvido. La interculturalidad es la meta a la que debe aspirar y por la que debe trabajar todo demócrata que busca la igualdad de consideraciones y derechos en la diversidad de culturas4.
Además, la interculturalidad es un proyecto que convoca a todos. Su fin no es sólo la transformación social o política, sino también la transformación de las estructuras de pensar, actuar, soñar, estar, amar y vivir5. Entonces, en el proceso de elaboración de proyectos de desarrollo para la Amazonía, insistir en un enfoque intercultural con tinte amazónico, más que necesario, es fundamental. Pues bien
la interculturalidad nos abre a nuestros problemas desde el punto de vista del otro, y a los problemas del otro desde las categorías de nuestra cultura. Y una vez hecho el contacto con el otro empezamos a amarlo y llegamos así a una segunda reflexión: la interculturalidad no solo nos ofrece diversas respuestas, sino que nos plantea nuevas preguntas, puesto que empezamos a ver la problemática de una manera diferente6.
En fin, al elaborar un proyecto de desarrollo en Amazonía, cabría muy bien que el Estado y los pueblos indígenas se preguntaran: ¿cuál sería el mejor modo de trabajar? Esto implica reconocer que estoy abierto a aprender del otro.
¿Pero por qué este énfasis de que los pueblos indígenas participen en este proceso de elaboración de un proyecto de desarrollo para la Amazonía con enfoque intercultural? Porque la participación es un derecho colectivo por naturaleza. Es sabido que, en las comunidades de la Amazonía, por ejemplo, las personas han exigido históricamente ser reconocidas, a la vez, como “indígenas” y “ciudadanas o ciudadanos peruanos”7. Entonces, si se les reconoce como ciudadanos, el Estado está obligado por ley a custodiar los derechos individuales de cada ciudadano y los derechos colectivos de cada pueblo indígena. Siguiendo a Fuller, apostaremos por la construcción del concepto “ciudadanía intercultural”, no como un ideal ético y político, sino como un concepto que no solo abarque derechos individuales sino también derechos culturales específicos de cada grupo, como la lengua, las tradiciones y las formas de organización social8. Esto se lograría, por supuesto, asumiendo el diálogo intercultural como herramienta para lograr dar pasos en la elaboración de un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural.
Recordemos que en el Perú se ha comenzado a tratar el tema de la identidad indígena a partir de la ley de consulta previa, el año 2011. Luego, en el Censo Nacional de 2017 se incluyó una pregunta sobre la autoidentificación9. Por eso, uno de los roles que tiene un estado moderno en medio de este proceso de identificación es el de asignar recursos y estatus a unos u otros grupos sociales10.
La concepción que se tiene del ciudadano que habita la Amazonía ha ido cambiando muy rápidamente desde la puesta en práctica en el Perú de la ley de consulta previa. Pues bien, superar el estereotipo del “indio” ruralizado y útil, para dar paso a un ciudadano protagonista de su propia historia, como pueblo, es un proceso social y político que un estado moderno está llamado a enfrentar. Tratar como ciudadano a una persona que habita una comunidad nativa o campesina o pueblo indígena es, sin duda, reivindicar sus derechos frente al Estado y a cualquier grupo de poder. Un estado moderno debe prestar atención al rol que tiene la cultura y su papel en la economía del país11.
¿Pero cuál es el aporte específico de los pueblos indígenas en la elaboración de un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural? Es el Buen Vivir. A saber, si revisamos los Planes de Vida denota que toda su visión gira en torno al Buen Vivir. A todo esto, ¿será que el concepto ‘desarrollo’ es compatible con el concepto interculturalidad? Es por tanto, necesario considerar el Plan de Vida. En definitiva, no solo conocerlo, atenderlo o escucharlo, es adaptarlo a las políticas sociales y a toda herramienta de gestión, asumiendo la propuesta de los pueblos indígenas. Con ello se pone en práctica el ejercicio de la cogestión. Aquí juega un papel fundamental la comunicación intercultural. Se trata de ver con los otros12.
Ya GIZ lo advertía cuando afirmaba que el enfoque de interculturalidad cuando se articula con otros enfoques, amplía nuestra manera de ver y analizar una realidad tan compleja. Esto permitirá un mejor uso de estrategias13.
De esta manera, al asumir el Buen Vivir que, según sostienen Pastrana y Lowe es una corriente crítica no sólo al desarrollo sino al desarrollo sostenible, se enriquecen las miradas. El desarrollo sostenible, encubre las asimetrías en las relaciones de poder ya que opera dentro de las lógicas capitalistas donde domina la dimensión económica por sobre la social y la ambiental. Por eso el Buen Vivir, al agrupar concepciones y prácticas ancestrales y alternativas en referencia a las relaciones humanas con el ambiente, reivindica transformaciones en el modelo capitalista y en las relaciones de poder desiguales que lo sostienen, resolviendo las tensiones entre el desarrollo económico, la inclusión social y la protección ambiental.14
ANÁLISIS CRÍTICO
En base a la crítica ya realizada en la evaluación parcial consideramos importante enriquecer el enfoque de interculturalidad del GIZ desde tres perspectivas: la comunicación intercultural, la competencia intercultural como actitud y el diálogo dialógico.
GIZ presenta el principio de interculturalidad como la “base para establecer relaciones de confianza, reconocimiento mutuo, comunicación efectiva, diálogo, debate, aprendizaje e intercambio”15. Aquí está ausente el tema de la comunicación intercultural, que no es lo mismo cuando se habla de comunicación efectiva. La comunicación intercultural, en definitiva, es ver con los otros16.
Si observamos cómo Bernd Kupka define competencia, vemos que utiliza la palabra habilidad. Pero más que habilidad, para nosotros se trata de una actitud, que es la que nos lleva a asumir el proceso de adaptación, como parte elemental de la interculturalidad. Lo que propone Kupka, probablemente funciona en la ciudad, pero en un contexto como el amazónico podría que no. La competencia vista como una actitud ha sido ya asumida en la práctica misionera, como lo habíamos anunciado en la introducción, una forma de ser y estar entre los pueblos indígenas de la Amazonía. Entonces, adaptarse al ritmo de los pueblos amazónicos es un elemento a considerar en la elaboración de un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural.
Con respecto al diálogo intercultural nos preguntamos si lo que propone GIZ ¿es realmente un verdadero diálogo intercultural?17 O bien queda sólo en la retórica. En la práctica, los ciudadanos que habitan la Amazonía saben identificar cuando se realiza el diálogo, y esto porque el valor de la confianza y la apertura aparecen en dicho proceso. Por eso vemos en el diálogo dialogal el verdadero diálogo intercultural ya que supera al diálogo dialéctico al fundamentarse en una auténtica confianza recíproca en el otro.18
Otro elemento a considerar, y ya lo hemos señalado anteriormente, es el valor de la participación. Recordemos que la participación es un derecho colectivo que logra trascender en el corazón de los pueblos indígenas. Para los que habitan la Amazonía, la palabra hablada tiene fuerza, es creíble, se la escucha, se la respeta. Si aprendemos de las prácticas de como se realizan sus asambleas, nos daremos cuenta que tanto el varón como la mujer, todos tienen algo que decir. Nadie se queda sin participar. Con la participación de todos se llega, incluso, a elaborar un Plan de Vida o una Agenda Política que represente tanto los intereses y las preocupaciones como las propuestas que tienen desde la visión contenidas en el Buen Vivir.
Por ende, si seguimos la lógica de Kupka, es evidente que un estado moderno no busca o quiere intentar satisfacer mutuamente necesidades de reconocimiento, afecto y participación. ¿Qué pretende realmente el Estado en este proceso de participación? Aún así nos seguimos preguntando, ¿dónde quedan las agendas políticas elaboradas por los pueblos indígenas? Cuando nos encontramos con un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural tendríamos que darnos cuenta que en él se deja ver el plan de vida.
A continuación, consideramos que una gran fortaleza de esta metodología GIZ es intentar transversalizar el enfoque intercultural en proyectos de desarrollo, pero un proyecto basado en la lógica del mercado capitalista, que no siempre concuerda con los valores que encontramos en los pueblos de la Amazonía. Sin embargo, en esa fortaleza se encuentra su mayor limitación. No es posible un verdadero proyecto que busque la vida de los pueblos indígenas y que por lo tanto sea intercultural desde la lógica del desarrollo occidental. Encima, nos volvemos a preguntar: ¿será que el concepto ‘desarrollo’ es compatible con el concepto interculturalidad? La comprensión del concepto ‘desarrollo’ es distinta tanto en las culturas indígenas como en los demás pueblos de occidente. No quisiéramos caer en este escalofrío visual19 cuando se trate de comprender la interculturalidad.
Por lo tanto, es sumamente importante asumir como punto de partida, para la elaboración de un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural, lo que la interculturalidad crítica nos exige.20
PROPUESTA DE MEJORA
Desde el fortalecimiento de la participación indígena:
Si la participación es un derecho colectivo por naturaleza, entonces, los Planes de Vida serían el resultado de esa participación deseada por todos. Cada participante es incluído en el proceso.
Tubino señala dos tipos de inclusión: la interna y la externa. En lo que se refiere a la inclusión interna, se sugiere fomentar “contextos de interacción y comunicación basados en el reconocimiento recíproco, el diálogo intercultural y la igualdad política al interior de los mismos espacios de participación”. Por eso, “no hay inclusión interna si los espacios de participación pública son monoculturales y monolingües. No son públicos si no están abiertos a múltiples formas de deliberación intercultural y si no permiten la institucionalización del diálogo intercultural”.21 Mientras que la inclusión externa se refiere a “inclusión de los individuos en los procedimientos de deliberación y decisión pública”.22
Como mecanismo para integrar la participación de los pueblos indígenas en cada etapa del ciclo de proyecto, siguiendo a Tubino, sugerimos:
que desde la etapa del conocer y comprender hasta la etapa del informar y comunicar las intervenciones propuestas se diseñen incorporando en pie de igualdad a las personas que intervendrán en el diseño, la implementación y la ejecución de las actividades del proyecto.
que en cada etapa se incorporen las narrativas, relatos y testimonios de las personas implicadas en el proyecto y que no solo prevalezcan los argumentos técnicos o expertos.
que todas las personas implicadas sean igualmente protagonistas en los espacios de deliberación y discusión.
que no haya excluidos en las conversaciones entre los proponentes y las personas a quienes dirigen sus actividades.23
Aquí mencionaremos a Luis Bolla. Se trata de un misionero italiano que vivió entre los Achuar -del Perú y del Ecuador- un poco más de 60 años. En su diario personal, Bolla mencionó dos elementos que están acorde con lo que señala Tubino: no se trata de que imponga mi cultura, sino de fortalecer la cultura y la identidad de ellos.24 De allí la importancia de conocer y asumir otra cultura y de mantener y conservar la lengua. Cuando las narrativas son comprendidas en la lengua indígena, no solo ellos lograrían comprender el asunto en cuestión, sino que esto se convertiría en una exigencia para que el funcionario del Estado sepa comunicarse en la lengua indígena del pueblo. Con el uso de la lengua, las decisiones, las conversaciones, las discusiones, las deliberaciones, en definitiva, con la ayuda del diálogo intercultural, se propondría una ruta a seguir.
A todo esto, la participación de representantes indígenas desde el inicio del proceso es más que fundamental. Sugerimos que se pueda trabajar en una propuesta de ley de participación ciudadana con enfoque intercultural, pero amazónico, porque los contextos en Amazonía son diferentes, con respecto a los Andes y a la capital del país.
(Foto: Christian Castillejo) |
Desde el enriquecimiento del enfoque intercultural:
Aquí haremos mención a otro importante misionero de la Amazonía peruana, Juan Marcos Mercier, quien vivió durante unos treinta años junto al pueblo kichwa del río Napo (frontera entre el Perú y Ecuador), nos referimos al pueblo de los naporunas. En la década del 70, Mercier dió inicio al Programa de Educación Bilingüe Intercultural del Alto Napo (PEBIAN). Se trata de la primera experiencia de Educación Bilingüe Intercultural en la Amazonía peruana. Asumiendo la propuesta de Mercier, planteamos que todo proyecto de desarrollo que involucre a los pueblos indígenas de la Amazonía garantice la exigencia de una interculturalidad crítica:
Formar hombres críticos y libres que, valorando su propia cultura, sean capaces de comunicarse y dialogar con las otras culturas, sin perder su propia identidad.
Ayudar al cambio estructural necesario para terminar con la marginación del indígena.25
Un enfoque intercultural está llamado a romper con estereotipos que impiden la comunicación intercultural. Hay todavía ciertas percepciones que impiden el diálogo intercultural. Por ejemplo, un programa de desarrollo con enfoque intercultural crítico tiene que aprender a mirar al otro no como salvajes, sino como indígenas, como seres humanos que merecen respeto. Esta es una condición de justicia. Los pueblos indígenas merecen respeto, y se les tiene que escuchar, ojalá en su lengua materna. Frente a una situación como esta, el misionero Juan Bottasso nos da un testimonio sobre la mirada que tenía Luis Bolla acerca de los Achuar:
Él no sólo dejó de considerar a los Achuar como “salvajes”, sino que llegó a verlos –y lo repite varias veces en sus escritos– como un pueblo de los más nobles.26
Se trata, entonces, de que la interculturalidad abra nuevos caminos, donde las convicciones del Estado, pero también las convicciones de los pueblos, junto a las motivaciones, puedan engranar.27 Esto implica asumir el desafío del diálogo intercultural.
La transversalización del enfoque intercultural tiene que insistir no sólo en un diálogo efectivo sino en un diálogo intercultural. Un estado moderno cuando llega al territorio, tendría que asumir la condición de huésped, no como neocolonizador.
Revisando el diario de Luis Bolla nos encontramos con una propuesta de diálogo intercultural ejercitado por Yánkuam´ (así lo llamaban los Achuar a Luis Bolla):
tratando de no imponer mi cultura; fortaleciendo su cultura e identidad, y ayudándolos a enfrentarse con la cultura envolvente más fuerte de los shuar y de los blancos mestizos, sin perder su propio nombre, sus valores, ofreciéndoles la luz del mensaje del Evangelio, respetando su libertad.28
Haciendo una interpretación de las palabras de Bolla, son cinco los elementos que nos ayudan a transformar las relaciones de poder y pueden garantizarnos un diálogo auténtico entre culturas diferentes. Estos son los elementos: No imponer mi cultura; fortalecer su cultura e identidad; ayudándolos a enfrentarse con la cultura envolvente; sin perder su propio nombre, sus valores; y ofreciendo el objetivo del proyecto, respetando su libertad.
En otras palabras, un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural tiene que ayudar a los pueblos a enfrentarse a la cultura neocolonizadora. Esto implica, la necesidad de trabajar en la institucionalización del diálogo intercultural en las esferas públicas. Un estado moderno huésped, no neocolonizador. Aquí la actitud. Cuando Tubino se refiere a la pertinencia cultural, se basa en Solano, quien plantea, sobre el tema, varias exigencias:
Incorporar el enfoque intercultural en plan estratégico institucional.
Acondicionar infraestructuras idóneas según las particularidades del terreno.
Establecer canales de comunicación oral y escrita en forma bilingüe, según sea el caso.
Elaborar protocolos de atención a las poblaciones que se encuentran con mayor desventaja.
Implementar normas legales que protejan de la discriminación a la población.
Incorporar traductores y mediadores culturales en los procesos de interacción social y en las esferas públicas.29
De modo que, al señalar Tubino que la pertinencia cultural es una condición necesaria pero no suficiente para la interculturalidad crítica, nos valemos de este argumento para -junto a Tubino- asumir la propuesta de trabajar en la institucionalización del diálogo intercultural.30 Con ello, a un proyecto de desarrollo con enfoque intercultural se le exigirá una actitud concreta, como condición necesaria para lograr el diálogo intercultural; nos referimos a tener apertura y disposición para el interaprendizaje entre personas de distintas procedencias culturales.31 Estas actitudes se traslucen en medio de la convivencia con los pueblos indígenas. Conocer, escuchar e incluso, valorar sus saberes ancestrales que se encuentran plasmados en sus planes de vida.
Algunas recomendaciones prácticas y específicas:
Empezar por señalar que la primera etapa debe darse en el territorio, de manera comunitaria y dialogando el factor tiempo con los líderes de la comunidad, es clave para que la comunidad indígena confíe y pueda dialogar.
«el territorio no es simplemente el espacio geográfico delimitado por convenio… El territorio es algo que vive y permite la vida, en él se desenvuelve la memoria que nos cohesiona como unidad de diferencias. El territorio, ámbito espacial de nuestras vidas, es el mismo que debe ser protegido por nuestros pueblos del desequilibrio, pues necesitamos de él para sobrevivir con identidad. Existe una reciprocidad entre él y nosotros, que se manifiesta en el equilibrio social que permite un aprovechamiento sustentable de los recursos de que nos provee este. El equilibrio social debe manifestarse en la protección del territorio para proveer a las futuras generaciones de un espacio rico en recursos y lleno de memoria.32
Cuando se lleva a la práctica el diálogo intercultural en el territorio se crece en el valor de la confianza o empatía. Relación de reciprocidad: la confianza se convierte en un reto. Finalmente llegar juntos a una propuesta amigable cuyo objetivo no es el desarrollo sino la armonía y mejorar la calidad de vida.
En efecto, de lo que se trata es de plantear desde el primer momento, ¿cuáles serían los problemas, las situaciones que preocupan, las fortalezas, los miedos, y en general, las preocupaciones que tienen como pueblo? Es importante aquí dejar que ellos expresen desde su cosmovisión qué es lo que les toca como pueblo. Entonces, si ellos se convierten en los principales interlocutores, toca asumir una actitud de escucha. La escucha está íntimamente ligada al diálogo. No se pueden separar. Con ella se dejan descubrir muchos aspectos todavía no conocidos.
Luego se puede pasar a elaborar mapas situacionales o cualquier otro mapeo que ayude en el proceso de diálogo intercultural. Aprovechar escuchar a los ancianos, cuya riqueza oral es más que suficiente para comprender no sólo los contextos sino también la memoria de los pueblos, ya que éstos, los pueblos, son maestros de sabiduría. Esto nos permitirá contar con indicadores cualitativos que ayudarán en la comprensión de los valores culturales encontrados. Visibilizar los casos positivos y negativos para que haya incidencia. Así, para que podamos aprovechar al máximo los contenidos de los relatos orales que se escucharán, una estrategia a usar sería las conversaciones tipo entrevistas. Cuidando que las preguntas no invadan lo que todavía las comunidades no están dispuestas a relatar.
Una vez logrado contar con los relatos, se procederá a dialogarlo con los líderes de la comunidad y ponerlo en un programa que incite el diálogo con ellos. De allí que, junto a los líderes se pueda asumir la necesidad de involucrar a los otros miembros de la comunidad en un proceso de diálogo, que podría acabar en un proceso formativo desde los valores culturales encontrados. De manera que tiene que haber permanencia. Dialogar es un caminar permanente de varios años. La práctica del diálogo es constante. De allí la importancia de vivir, de convivir, esto es permanencia.
Por último, haciendo una relectura de los valores, insertar la importancia de los derechos individuales y colectivos y plantear una propuesta formativa, en especial, a los líderes que han asumido el rol de dirigir, sostener y organizar la comunidad. Es la comunidad misma la que se tiene que empoderar en el proceso de la elaboración de un Plan de Vida, de trabajarlo juntos. No para evaluarlo al final del proceso o cada tres años, sino ir evaluando diariamente. Con este criterio vamos en todo momento hacia ellos.
¿Tendríamos que mantener el concepto ‘proyecto de desarrollo’ o asumimos el concepto Plan de Vida?
Esta pregunta se tendría que dialogar en otro nivel. Con las organizaciones indígenas que representan a los pueblos indígenas. Por ende, toca promover las federaciones y lograr el objetivo de acompañarlas. Ningún Plan de Vida puede pasar por alto este aspecto.
¿Cuántos han hecho camino con los pueblos indígenas?, ¿cuántos durante el proceso han logrado aprender la lengua indígena? Se trata entonces, de no perder la ocasión de asumir un nuevo estilo de llevar un estado moderno a los pueblos y de incorporar a los pueblos a las estructuras del Estado desde la plena participación, cultura y cosmovisión. ¿Cómo se están implementando las leyes que favorecen este trabajo con los pueblos amazónicos?
CONCLUSIONES
Este trabajo nos ha permitido recorrer por conceptos claves como interculturalidad, desarrollo, participación, diálogo intercultural, comunicación intercultural, territorio, buen vivir, plan de vida, que pueden ayudarnos a comprender que un enfoque intercultural transversal a un proyecto de desarrollo en la Amazonía tiene que partir desde la convivencia con los pueblos indígenas. Esto implica el reconocimiento no sólo de su ser pueblo, personas, sino de reconocer que sus valores y prácticas nos ayudan a comprender una mejor gestión o presencia de un estado moderno en medio de ellos. Estado moderno no con las categorías dominantes, sino se trata de horizontalizar la presencia del Estado entre los pueblos favoreciendo la gobernanza indígena.
Los pueblos indígenas con su diversidad y su cosmovisión nos permiten comprender que la Amazonía es mucho más que un bosque, que unos ríos o una gran biodiversidad. Su riqueza forma parte de su modo de ser, de su modo de ver, de su modo de responder, de su modo de dialogar, de su modo de ser y hacer cultura.
El enfoque intercultural está llamado a romper todo tipo de barreras que impiden sanas decisiones públicas, relaciones horizontales, dialógicas, pero sobre todo justas.
Finalmente, no se trata de obtener resultados o grandes impactos. Un enfoque de interculturalidad en proyectos de desarrollo para la Amazonía tendría que acercarnos, tendría que atraer al Estado, pero no para quedarse, sino para estar de paso.
Si un estado moderno logra la calidad de vida de los pueblos de la Amazonía se podría decir que sus proyectos, sus planes, su gestión, sus planteamientos, todos ellos con enfoque intercultural han sido efectivos y contribuyen a una convivencia pacífica y a una democracia participativa.
1. Cf. Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit y Programa Buen Gobierno y Reforma del Estado. Guía metodológica de “Transversalización del enfoque de interculturalidad en programas y proyectos de sector gobernabilidad” a partir de la experiencia del Programa “Buen Gobierno y Reforma del Estado”. Lima, Perú, 2013.
2. Cf. GIZ. O.c. p. 23.
3. Lo mismo podemos decir de las Agendas Políticas de los Pueblos Indígenas.
4. HEISE, M. (Ed.). Interculturalidad. Creación de un concepto y desarrollo de una actitud. Programa FORTE-PE/Ministerio de Educación, Lima, 2001, p. 13.
5. Cf. WALSH C. Interculturalidad, Estado, sociedad. Luchas (de)coloniales de nuestra época. Quito, Abya – Yala, 2009, p. 15.
6. PANIKKAR R. Culturas y religiones en diálogo. Pluralismo e interculturalidad, (Vol. 1). Barcelona, Herder, 2016, p. 284.
7. TUBINO F. y FLORES MORENO A. La interculturalidad crítica como política de reconocimiento. PUCP, Lima, 2020, p. 179.
8. Cf. FULLER N. Ciudadanía Intercultural: ¿proyecto o utopía? Quehacer, N° 137. 2003.
9. HUBER L. Ensayando identidades. Estado e indígenas en el Perú contemporáneo. Revista Argumentos. Instituto de Estudios Peruanos. 2019. Edición N° 1, Año 13, pp. 47-54.
10. Cf. HUBER. O.c.
11. Cf. AMES, P. Cultura y desigualdad: discriminación, territorio y jerarquías en redefinición. En CUETO M. & LERNER A. (edit). Desarrollo, desigualdades y conflictos sociales: una perspectiva desde los países andinos. Instituto de Estudios Peruanos. 2011, pp. 225-271.
12. Hacemos nuestro el concepto de comunicación intercultural elaborado por MARTÍN-BARBERO J. y CORONA BERKIN S. Ver con los otros. Comunicación intercultural. Fondo de Cultura Económica, México, 2017.
13. Cf. GIZ. O.c. p. 25.
14. Cf. PASTRANA BUELVAS E. y LOWE L. A. Desafíos de gobernanza ambiental de la Amazonía en el siglo XXI: una perspectiva teórica y práctica. En PASTRANA BUELVAS, E. , & STOPFER, N. (Eds.). Gobernanza multinivel de la Amazonía. Fundación Konrad Adenauer, ESAP. 2020. ISBN 978-958-53147-3-3, pp. 19-43.
15. GIZ, o.c., p. 12.
16. Cf. MARTÍN-BARBERO & CORONA BERKIN, O.c.
17. Asumimos las palabras de Karina Vargas Hernández en GIZ, o.c., p. 14.
18. Cf. LATOUCHE S. Introduzione al pluriversalismo di Raimon Pannikar. En PANIKKAR y LATOUCHE. Pluriversum per una democrazia delle culture. Jaca Book, Milano, Italia, 2013, p. 24-25.
19. Concepto elaborado por MARTÍN-BARBERO & CORONA BERKIN.
20. Cf. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 178.
21. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 184.
22. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 184.
23. Cf. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 184-185.
24. Cf. YÁNKUAM’ JINTIA [Luis Bolla SDB] – PÉAS KANTÁSH’ ÍSHTIKu. El Pueblo de la “Wayús”. Los Achuar. Lima, Editorial Salesiana, 1993, pp. 17-18.
25. Programa de Educación Bilingüe e Intercultural del Alto Napo (PEBIAN). Veinte años de educación en el Alto Napo. Iquitos, 2003, p. 24.
26. BOTTASSO J. Yánkuam’. Mucho más que un “buen” misionero, [manuscrito recibido el 03 de junio del 2019], p. 2. En CARRASCO ROJAS, R. El diálogo intercultural y la experiencia de Luis Bolla con el pueblo Achuar. Comparación, reflexiones y prospectivas [tesis de Maestría]. Universidad Pontificia Salesiana, Roma, 2019.
27. Cf. CARRASCO ROJAS, R. O.c., p. 117.
28. YÁNKUAM’ JINTIA [Luis Bolla SDB] – PÉAS KANTÁSH’ ÍSHTIKu, o.c., pp. 17-18.
29. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 181.
30. Cf. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 181.
31. Cf. TUBINO F. y FLORES MORENO, A. O. c., p. 185.
32. JESÚS PIÑAKWE, J., Del Olvido surgimos para traer nuevas esperanzas. La jurisdicción especial indígena. Imprenta nacional, Dirección general de asuntos indígenas DGAI - Ministerio del Interior, Consejo Regional Indígena del Cauca y Ministerio de Justicia y del derecho, Santa Fe de Bogotá, 1997, p. 34. En BERRAONDO LOPEZ M, Tierras y Territorios como elementos sustantivos del Derecho. Universidad de Deusto, 2006, p. 484.
Curso: Proyectos de Desarrollo en la Amazonía
Propuesta de Mejora en la Transversalización del Enfoque Intercultural
Diplomado en Interculturalidad y Pueblos Indígenas Amazónicos
Universidad Antonio Ruiz de Montoya
Integrantes:
Carrasco Rojas, Roberto
Viñas, Matías
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