JUVENTUD INDÍGENA EN EL NAPO
Al comenzar este 2016 he
comenzado a recordar muchos momentos vividos en el Napo que me han despertado la
curiosidad de continuar profundizando y
recordando aquellos contenidos aprendidos en medio de ellos, pero sobre todo de
las enseñanzas y escritos de Achakaspi. Este viejo misionero ya no recorre la
ribera con la misma fuerza de hace unos años, pero una vez me dijo: “No me
gusta escribir, pero lo tengo que hacer porque es la única forma que tengo para
expresar lo que siento y lo que he aprendido con los kichwas”. Desde ese día se
ha quedado en mi esta misma inquietud, que a pesar de estar lejos de ellos,
sigue latente y me sigue cuestionando cada vez que pienso en ellos.
La cultura napuruna tiene un gran
desafío hoy: “NO DEBE MORIR EN EL CORAZÓN DE ESTA NUEVA GENERACIÓN DE NIÑOS Y
JÓVENES ESTOS VALORES QUE LOS RUKUS HAN DEJADO”. Estoy convencido de los
esfuerzos de las organizaciones y de los profesores, como de las autoridades
indígenas por mantener los valores napurunas. Es verdad que estoy lejos de
ellos, pero quiero a través de este blog compartir estas lecturas, charlas y
conversaciones que he tenido con los misioneros y algunos jóvenes de la cuenca
del Napo.
Quiero compartir esta primera
parte de esta charla que lo recibí del P. José Miguel – Achakaspi – y se lo
quiero compartir a los jóvenes de la ribera como un documento, como una
herencia que nuestros misioneros nos han dejado. Temas tan válidos que pueden
servir para la reflexión, el estudio, el diálogo, el compartir en familia, en
las escuelas, en las lecciones de la Universidad para aquellos jóvenes
napurunas que están haciendo estudios superiores.
La Juventud Indígena en la ribera del Napo
Que les dejó sin autoridades, sin
territorios y sin sabiduría; aunque la fuerza cultural y la resistencia social
parecen diluirse
No han recuperado la autoestima
de la propia identidad y pocos pelean por ella.
2.- Actualmente no parece haber
confrontación cultural ni social con el “sistema”. Lo que viene es
impredecible.
En el horizonte político indígena
hay poco cielo azul y muchas nubes sin despejarse.
Se mantienen cobijados bajo la
dependencia social, política y administrativa del Estado.
3.- Estamos a las puertas de
grandes transformaciones culturales y sociales en el mundo. Lo indígena tiene
una fuerza a la que no se puede dejar de lado.
Se han ocupado territorios
inmensos que no los manejan, se han liberado de amos y patronos de hacienda,
pero han llegado otros. Se han zafado de la tutela de las misiones para meterse
entre miles de iglesias.
4.- Es un movimiento reciente,
liderado por indígenas jóvenes que han movilizado a sus pueblos en torno a
propuestas políticas, organizativas, estatales y de poder.
La joven revolución indígena no
ha recuperado espacios propios de autonomía social ni territorial ni
cultural.
5.- El liderazgo es étnico no
cultural. Lo económico sigue en manos del Estado. No tienen control
administrativo del territorio conseguido. Está desvinculado de lo cultural.
No han inaugurado la sociedad del
“Sumak Kawsana” – [BUEN VIVIR] – ni
puesto la primera piedra de las “Circunscripciones Territoriales Indígenas de
la Constitución (art. 60), la autogestión es poco efectiva. [Achakaspi habla de la Constitución
ecuatoriana, que muy bien se asemeja a la peruana en estos términos].
Las organizaciones de Base
caminan sin saber a dónde, de espaldas al pasado y a la cultura, huérfanos de
territorio y sin líderes comunitarios que guíen el camino.
6.- Esta “primavera étnica” es
una iniciativa joven, moderna y determinante,
Mantenida y liderada por jóvenes
que han roto con la tradición y se orienta a tientas hacia un futuro joven
(técnicos, universitarios, políticos, economistas…) formados como “mishsus” [término kichwa para hablar de los mestizos
que vienen de otras culturas y portan lo que no es runa].
7.- La juventud nativa está
escolarizada, participa en la vida civil, educativa, política y en puestos de
poder del sistema.
La propia organización
comunitaria, lo cultural, lo territorial y lo económico… quedan como asignatura
pendiente. No hay lugar en el sistema y es notorio su vacío.
8.- Han surgido grandes líderes
que han gestionado con el sistema los territorios ancestrales, el acceso a los
recursos naturales y se orgullecen de su moderna identidad. Pero se emocionan
con las hermosas promesas del Gran Hermano (Estado).
Su identidad, siendo tan antigua
como la primavera de la vida cultural, es tan difuminada e inconsistente como
un atardecer de la selva.
9.- Las comunas y federaciones aceptan la ley del Estado y promueven la
conciencia nacional, no la cultural.
Se alejan de la cultura económica
del “Sumak Kawsana” indígena y languidece la belleza de los “valores
ancestrales”. Confunden cultura con folklore. Eso es esquizofrénico.
10.- El Cambio del “ayllu”
ancestral, a la comuna jurídica occidental moderna ha llevado a los jóvenes al
poder, por varias razones:
a. Son mayoría, tienen el poder
demográfico.
b. Manejan la plata, tienen el
poder económico.
c. Ocupan las dirigencias
comunitarias y la representación ante el Estado, tienen el poder político.
d. Coordinan las administraciones
territoriales (comunidades, educación…), tienen el poder civil.
e. Tienen educación y saber,
tienen el poder educativo.
11.- Los mayores, las formas de vida tradicionales… se mantienen camuflados
a la defensiva.
Son la gran mayoría silenciosa y de espectadores.
La cultura nos dice que “el mayor” es quien busca y rescata “al menor” de
los peligros en los que cae.
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