sábado, 19 de julio de 2014

El Napo apuesta por el diálogo


APOSTAR POR EL DIALOGO: ¿UN COMPROMISO DE TODOS?

 Por Tattiana Cotrina Prado

Hace menos de un mes se aprobó un conjunto de medidas denominadas “paquetazo castilla”, estas se dieron con la finalidad de reactivar la economía y las inversiones, sin embargo el costo institucional y ambiental para lograr este fin es muy alto, las medias plantean el recorte de las facultades del Ministerio de Ambiente para aprobar estándares ambientales, también se reduce la capacidad fiscalizadora de la OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) y se reducen los plazos para opinar sobre los EIA (Estudios de Impacto Ambiental).

Pese a todo este contexto tan desfavorable, lo cierto es que los conflictos socio - ambientales siguen sin solución y como vemos la solución no vendrá desde el Estado, no por lo menos  del estado a nivel Nacional. En los últimos años se han realizado esfuerzos significativos por generar procesos de diálogo, procesos que no deben dar marcha atrás, aunque todavía hay un largo camino por recorrer. La apuesta por el diálogo debe ser un compromiso de todos los actores involucrados: Estado, empresas, comunidades, sociedad civil, planteando soluciones, que además generen cambios a un nivel más estructural, para esto se requiere salir de nuestra  zona cómoda y segura, “mirar fuera de la caja” para crear posibilidades ahí donde hay conflictos.

No podemos seguir mirando a las comunidades indígenas y a sus pobladores tratando de encontrar en ellos un elemento (vestimenta, accesorio) que nos indique que “tan indígena es”, hay que desterrar la idea de que “sólo se es indígena, si se lleva una pluma en la cabeza”, todas las culturas son dinámicas, es decir cambian en el tiempo, las comunidades indígenas como cualquier otra comunidad, atraviesan procesos de cambio, lo cual no quiere decir que pierdan su estatus de indígenas. Estas concepciones sobre “lo indígena” resultan discriminantes, erróneas y simplistas, además nos impiden conocer y valorar mejor sus culturas, quizás cabría preguntarles cómo están viendo ellos su futuro, ¿cómo armonizan la llegada de la luz, medicina occidental, internet, aparatos electrónicos, entre otros, dentro de su propios patrones culturales?, se cae en el error de  confundir el respeto a las tradiciones con ser contrarios a la modernidad, negándoles el derecho de cambiar, adaptarse a las nuevas realidades y aprender de otras culturas. Conozco a algunos dirigentes indígenas que cuentan con laptop, teléfono celular, usb, etc, instrumentos hoy en día necesarios para estar informados, poder comunicar sus demandas y propuestas, participar en espacios de diálogo, compartir sus experiencias, participar de foros, hacer incidencia, si uno pone a un lado esos elementos y escucha sus propuestas, sus mensajes, va a poder entender que lo indígena está más allá de lo externo, que lo indígena es un modo de ver el mundo, de relacionarse y expresarse en él.

Otro elemento a desterrar, es concebir a los indígenas como una “minoría” que se opone al desarrollo del resto del país (los mestizos, quienes supuestamente constituyen la “mayoría”). Primero porque en el Perú existen aproximadamente 52 pueblos indígenas, por lo tanto el argumento de la minoría es cuestionable, segundo porque un modelo de desarrollo para que sea válido, debe ser construido y consensuado con todos y no ser una imposición de algunos.

De otro lado, las empresas deben cuestionar la idea de que cumplir con las leyes es suficiente para solucionar los conflictos, que ya cumplieron con su parte, esto no ayuda al diálogo, primero porque las leyes en nuestro país parecen ser hechas para un grupo de poder, los estándares ambientales están por debajo de los estándares internacionales y lo más importante, porque el Estado es totalmente inoperante para fiscalizar y hacer cumplir todas estas leyes. Por ejemplo cuando se habla de los impactos socio - ambientales, lo que siempre refieren las empresas es que tienen un trabajo y relaciones muy buenas con las comunidades de influencia directa del proyecto, y que eso es lo que le ley les obliga, pero acaso si se da un derrame de petróleo en el rio, ¿eso sólo va a afectar a las comunidades de influencia directa?, se hace necesario que las empresas amplíen su enfoque hacia un enfoque de cuenca, negar esta situación es como decir que la ley está por encima de la realidad que observamos con nuestros propios ojos. Por ello se requiere un mayor acercamiento de las empresas con las organizaciones indígenas, la sociedad civil y con otras comunidades no aledañas a su zona de influencia, pero que pueden verse afectadas, para llegar a acuerdos más sostenibles.

La información y su acceso oportuno, accesible y confiable, es otro elemento clave para el diálogo, siempre se dice que hay estudios, planes, programas, etc, ¿pero, qué pasa si éstos no son conocidos por la población?, es más, ¿qué pasa cuando éstos afectan directamente a un grupo y no han sido consultados y/o construidos participativamente con ellos?. Esta situación crea un clima de desconfianza, de incertidumbre, entonces es necesario un esfuerzo por informar a la población, por hacerla partícipe de estos procesos, un esfuerzo por transparentar todos estos estudios, planes, programas, la posibilidad de un intercambio de información con las comunidades, posibilita la creación de propuestas más realistas e inclusivas.


Para responder a una agenda compartida por las comunidades indígenas, las políticas de Estado en materia medioambiental y económicas, deben impulsar procesos  de diversificación de las actividades económicas, para dejar de ser un país meramente productor de materia prima, la Amazonía es un ecosistema muy frágil y por lo tanto otras actividades beneficiarían más a las comunidades, serían más sostenibles y protegerían mejor el medio ambiente.

Se ha incidido en el empoderamiento de las comunidades, lo cual ha generado  procesos muy interesantes como la construcción de sus propias agendas, pero queda como tarea trabajar más con los funcionarios del Estado, sobre todo a nivel regional y local. Los funcionarios y técnicos encargados de la implementación de políticas sobre pueblos indígenas, medio ambiente, desconocen las leyes y los mecanismos para hacerlas cumplir, además desconocen el contexto geográfico y cultural de los diferentes pueblos que habitan la región, lo que constituye una limitación para generar cambios a mediano y largo plazo.

Finalmente, es muy importante seguir apoyando el empoderamiento y la participación de las mujeres, al estar más capacitadas se sienten más seguras para poder aportar y asumir nuevos roles dentro de las comunidades y organizaciones, así mismo es necesario el fortalecimiento de su agenda en temas que les afectan de manera especial, como la salud y educación de las niñas, así como incidir para que el Estado tenga un rol más activo en la protección frente al trabajo esclavo, explotación económica y trata, temas que tienden a perderse de vista en el marco de los conflictos socio-ambientales.




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