DESDE EL CORAZON DE LA AMAZONIA
Foto tomada en La Chorrera - Octubre 2012 - MURAL A LOS 100 DEL GENOCIDIO CAUCHERO
La consulta previa
en el río Napo (Cantón Aguarico)
Vuelven los tiempos
coloniales del “Requerimiento” que ahora llaman “la Consulta Previa” para la
explotación petrolera.
Dicen los shamanes:
“Todos los actuales Naporunas hemos nacido aquí, cerca del río Napo. Somos obra
del río y de la fecundidad de sus selvas. Cuando los animales del bosque, los
peces y las aves, que nos alimentan, beben de estas aguas engordan mucho más
que si bebieran otras aguas. La verde hierba siempre crece frondosa en las
orillas del río.
Al borde de las
imperceptibles quebradas y del gran río Napo se elevan majestuosos y
gigantescos árboles: la samona, el ceibo, la caoba… El río y sus selvas han
alimentado y moldeado el carácter del pueblo Naporuna”.
La relativa
tranquilidad de la selva y del río, el medio vital del Naporuna, ha sido
alterada en el transcurso de los años, violenta y repetidamente por la
conquista española, los proyectos auríferos, caucheros, hacendatarios y, últimamente,
hidrocarburíferos, madereros y colonizadores del Estado, apoyados por compañías
transnacionales de extracción y comercialización de materias primas.
Gigantescos proyectos que abarcan la vasta
extensión de la selva y la interminable largura de sus ríos, están exigiendo el
trazado de caminos de penetración hasta las profundidades de la montaña donde
se asienta la explotación y la colonización. La construcción de carreteras,
ciudades y pueblos; el tendido de miles de kilómetros de tuberías de acero; la
construcción de enormes estructuras para el almacenamiento y procesamiento del
crudo ha cambiado el prístino diseño paradisíaco de la selva.
A lo largo de las
carreteras y caminos se siguen asentando miles de trabajadores petroleros y
posesionarios venidos de todas partes para talar y ocupar estos bosques
primarios. Con ello el río y la selva, los peces, los animales, las aves y los
millones de insectos desaparecen. Se propagan pestes y enfermedades
irreversibles, derivadas de la contaminación del petróleo que envenena las
aguas. A diferencia de los viejos tiempos, no tan lejanos, no se puede bañar ni
beber sus aguas y mueren los peces, aves y animales que abrevan en los arroyos
y lagunas. Potencialmente podía ser el fin del modo de vida del bosque ecológico
con su variedad infinita de plantas y de los naporunas con su lengua y su
cultura para siempre, sin permitirles intentar otras alternativas más humanas y
ecológicas de destino y desarrollo.
¡Las selvas y las
aguas del río Napo se mueren aceleradamente! Aunque sea en solitario, grito y
lanzo al viento esta proclama para que se escuche, se piense y se entre por el
camino de la resistencia en defensa de los territorios, la lengua, la cultura
la organización y el desarrollo alternativo de los modos de vida de los pueblos
indígenas.
Desde hace muchos
lustros, ya olvidados, no se había conocido en el río Napo un conflicto
socio-económico de la envergadura y confusión del que se da en la actualidad.
Desde los tiempos del caucho que dejó la selva arrasada y despoblada, nunca un
proyecto económico extractivista se había direccionado con tanta intensidad
destructiva hacia la obtención de un solo recurso de exportación, el petróleo.
Tiene las
características de una verdadera avalancha, ¡van a por todo: cultura y
naturaleza¡ y produce estampidas masivas de colonización en busca de dólares y
de trabajo, que como señuelo del “bien vivir” organizan las empresas
extractivas, el Estado y el capital multinacional.
Este es otro “boom”
de los muchos que se han ido sucediendo en la amazonia. Todos ellos han sido
catastróficos para la selva y sus recursos,
para la gente y sus culturas. Se caracterizan por los impactos
destructivos del hábitat amazónico y el genocidio, debido a la concepción
capitalista y a sus métodos extractivitas y mercantilistas.
En la amazonia
estamos acostumbrados a vivir a punta de “booms”. Una suerte de invasiones
extranjeras de saqueo permanente, ¡así nos va!: el “boom” del oro y la canela,
el “boom” del caucho, el “boom” de las haciendas y ahora el “boom” del
petróleo.
Las comunidades
kichwas y Waorani del río Napo y sus afluentes sufren este “boom” de conquista
y colonización de nuevo cuño, que se agudizó desde que se determinó, sin ningún
pudor, de parte de la petrolera estatal Petroamazonas EP y la china
Petroriental, la explotación del crudo en los bloques l4, 31 y 43 (ITT), dentro
del Parque de la biosfera Yasuní, ocupando toda la extensión a lo largo y ancho
del río Napo y sus selvas
Actualmente las comunidades nativas están en el centro de una
vorágine de vértigo, violencia sicológica de duda y confusión y de permanente
acoso de los relacionadores comunitarios de las compañías, que al mejor estilo
de los “oidores” de los tiempos de la colonia se meten, a cualquier hora del
día o de la noche, a las comunidades con sus papeles, convenios y contratos.
Seguramente que los
abuelos naporunas de Baeza y Archidona oyeron las ininteligibles y amenazantes
cláusulas del “Requerimiento” de boca de los conquistadores, de la misma manera
que las van oyendo sus nietos de las comunas del río Napo del siglo XXI. Parece
que nada hubiera cambiado en el ánimo de los conquistadores, a parte del
nombre: ahora no se llama “Requerimiento”, se llama “Consulta Previa”.
Los convenios de las
compañías promovidos por sus relacionadores comunitarios son una adaptación mal
hecha a los tiempos actuales, de las exigencias del “Requerimiento” por las que
nos proponen las bondades, ventajas y bien vivir del sistema petrolero. El
“Requerimiento” fue leído por primera vez en tierras americanas el l2 de Junio
de l654. Por Juan de Ayora, en las costas de Santa Marta (actual Colombia),
hace 4 siglos.
Es un documento
extenso, escrito y leído en latín a las comunidades indígenas que no entendían
ningún otro idioma, a parte del suyo. Decían cosas tan actuales como estas:
“…. Por ende, como
mejor puedo vos ruego e requiero que entendáis bien esto que vos he dicho, e
toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo… si así
lo hiciéredes haréis bien a aquellos que soys tenidos y obligados, a sus
Altezas, e yo en su nombre digo que vos recibirán con todo amor y caridad… e
allende desto, sus Altezas os darán muchos privilegios y exenciones, e vos
harán muchas mercedes.
Si no lo hiciéredes y
en ello maliciosamente dilación pusiéredes, certifícoos que con la ayuda de
Dios, yo entraré poderosamente contra vosotros e vos haré guerra por todas
partes e maneras e vos subjetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y sus
Altezas, e tomaré vuestras personas e vuestras mujeres e hijos, e los haré
esclavos, e como tales los venderé e dispondré de ellos como sus Altezas
mandaren; vos tomaré vuestros bienes, e vos haré todos los males e daños que
pudiere como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir al Señor y le
resisten y contradicen. E protesto de las muertes e daños que dellos se
recisvieren sean a vuestra culpa, no a la de sus Altezas ni mía, ni destos
caballeros que conmigo vinieron. E de cómo lo digo y requiero pido al presente
escribano me lo de por testimonio signado.”
El documento del
“Requerimiento” después de concienzudos debates, recomienda la validez del
título de donación de las tierras de los indios al rey de España. La Junta de
Valladolid acordó que el rey “podía enviar a requerir a los caciques indios que
se las dieren, e que si no se las quieren dar, les podían hacer la guerra e
tomarlas por la fuerza”. Ahora se llama “Consulta Previa” y en términos
generales conservan los mismos términos y procedimientos.
Achakaspi
(José Miguel Goldaraz)
1703999019
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