Después del derrame de petróleo… CONVIENE SEGUIR ACOMPAÑANDO
A LOS PUEBLOS
Por Roberto Carrasco, OMI
El derrame de crudo de petróleo se
registró en el kilómetro 82 vía Quito - Lago
Agrio, sector del volcán activo El Reventador. Según Petroecuador, como
consecuencia de fuertes lluvias en la zona los días 30 y 31 de mayo, se
registró un deslizamiento el último día de mayo. Un deslizamiento que ocasionó
que se rompieran aproximadamente
unos 140 m de tubería que pertenecen al Sistema del Oleoducto Transecuatoriano
(SOTE), o sea cerca de unos 12 mil barriles de crudo que llegaron al río Coca
para luego llegar al río Napo ubicados en el cantón Francisco de Orellana, en
plena amazonía ecuatoriana. Es bueno saber que el río Napo es el río más grande
y navegable de la república del Ecuador. Solo el año 2012 este sistema bombeó
352,740 barriles por día (b/d). Este conecta los pozos de la Amazonía
Ecuatoriana con un puerto en el Océano Pacífico.
El derrame de crudo de petróleo trajo para los
pobladores de la ciudad de El Coca y los pobladores de las riberas de los ríos
Coca y Napo terribles consecuencias: desabastecimiento de agua potable en toda
la ciudad de El Coca, contaminación de las aguas, vida animal y/o vegetal de
los dos ríos, según los testigos “la mancha que
contiene el aceite y otras sustancias del petróleo, que son arrastradas por el
agua, abarca una extensión de 60 kilómetros en el río Coca. Pero en total, por
lo observado desde el aire, calculamos que alcanzaría una longitud de
entre 240 y 300 kilómetros por todo el río Napo ecuatoriano”, contaminando los
aires y por ende toda vida humana presente en ese trayecto.
El derrame de crudo
de petróleo ¿qué consecuencias traería al Perú? Según los pobladores que
habitan la cuenca del Napo – con quienes hemos dialogado días después del
derrame - por el lado peruano desde la localidad de Pantoja hasta Angoteros,
por un lado, y desde Nuevo Cajamarca hasta San Jorge por el otro lado del Napo
peruano, las consecuencias serían terribles: LA CONTAMINACIÓN DEL RÍO NAPO Y
POR ENDE DE TODA LA VIDA EN SU CONJUNTO.
El derrame de crudo
de petróleo, por segunda vez en 30 años, no puede ser minimizado ni oculto en
el lado peruano. La población del Perú tiene el derecho a ser atendida en su
totalidad. Los napurunas peruanos exigen que el estado peruano haga justicia,
conforme lo manifiestan las dos federaciones más antiguas de la cuenca.
El derrame del
crudo de petróleo que ingresó realmente al Perú no puede ser negado ni
soslayado. El estado brilló por su ausencia una vez más como lo viene haciendo
por siglos en esta parte de la amazonía y frontera. Da la impresión que el
estado llega sólo cuando la empresa petrolera lo moviliza. Así parece cuando
vemos ahora estos pequeños intentos de acercarse del buque tópico de la Armada
Peruana. Buque que a propósito una vez más fue presentado a la prensa en plena
coyuntura del derrame por parte del presidente Ollanta Humala cuando visitó la
localidad de Mazán este sábado 08 de junio.
¿Qué le costó al
presidente Ollanta Humala viajar a la zona y dialogar con la población peruana
si estaba muy cerca, más aún en pleno río Napo, en la parte baja?, ¿será que
sus asesores que muy bien escuchan a los petroleros que trabajan en el Napo
peruano recomendaron no era oportuno la presencia del presidente hasta que
salgan “los resultados de los estudios de las aguas” tomadas por “algunas
autoridades” que se hicieron presentes en Pantoja para engañar al pueblo
peruano que el lado peruano no estaba siendo afectado?
Es bueno cuestionar
a quienes dicen “nos gobiernan”. Es bueno hacerles recordar que mientras en
Ecuador y Brasil las medidas se tomaron a los días del derrame, aquí en Perú,
de la manera más patética se mal informa que las aguas del río Napo peruano no
presentan presencia de crudo. Tenemos que ir pensando en la posibilidad de una
DEMANDA contra el estado ecuatoriano por las consecuencias que traería el
derrame en especial, en la vida de las comunidades indígenas afectadas.
Como dije en un
momento a algunas amistades que se unieron a esta preocupación: TENEMOS QUE
SEGUIR ACOMPAÑANDO A LOS PUEBLOS. Nos toca esta gran tarea. Ni el derrame de
crudo de petróleo, ni la química vertida al río podrán ocultar lo que realmente
sucedió: UNA TRAGEDIA ECOLÓGICA CON RESPONSABLES DIRECTOS Y CON NOMBRE PROPIOS.
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