¿ESTAMOS PREPARADOS PARA LAS
NECESIDADES DE MAÑANA?
Por Jack Mac Carty, OPRAEM - Médico Jefe de la Micro Red de Salud del Napo
En su libro, ¿Amazonas: qué hacer?, el autor, Marc Derrojean, Ingeniero Forestal Peruano de renombre mundial, observa que ningún plan
para el desarrollo de la Amazonía desde el tiempo de los colonos o los
gobiernos del Perú ha traído otra cosa que deforestación y destrucción.
Nuestro entorno está cambiando rápidamente, tan rápidamente que no
estamos preparados para las necesidades de mañana. Las dos fuentes más fuertes
de trabajo, a parte del trabajo en la chacra familiar, son la llamada,
“madereada”, y el trabajo con los petroleros. La primera, por ser “informal” no
guarda estadísticas, pero ha ocasionado más muertes que los trece recién
ocasionadas, unas muertes directamente en el trabajo, otras en violencia entre
los trabajadores y los cocaleros que buscan esconderse entre ellos. Y no solo estas
muertes están asociadas con el trabajo de la madera. Han sido numerosas las fracturas de columna
que ha dejado a jóvenes paralizados.
Sin mencionar los cambios trágicos con la deforestación rápida, sin planificación y sin ningún esfuerzo de reforestación, la ausencia de los padres de familia en la casa por tiempos prolongados mientras trabajan en el bosque o en el campamento petrolero, ha cambiado la experiencia de “familia” para las mujeres y para los niños. La familia naporuna ha sido deteriorada. Una marca indeleble en la experiencia de nosotros que trabajamos en salud es el número elevado de madres adolescentes que no tienen una relación estable con el padre de su hijo. Nos encontramos con la necesidad de realizar cesáreas por niñas embarazadas cuyos pelvis no son suficiente maduros para permitir un parto normal. Los padres son trabajadores de la madera o petróleo, de lugares distantes en Perú. ¡Las madrecitas ni saben sus apellidos de los padres de sus hijos!
Sentimos mucho las muertes
trágicas de los 13 hombres, durante su traslado en helicóptero a su nuevo lugar
de trabajo, la mayoría padres de familia. Para sus familias la pérdida es
inmediata y permanente. Nunca volverá a ser “normal” la vida.
Nos unimos en
oraciones con las familias de las víctimas del accidente y con los dirigentes
de las compañías
responsables.
No estamos preparados para
recibir o tratar a los accidentes industriales de madera o petróleo.
No hay comunicación.
No hay transporte rápido.
No hay cirujanos de
traumatología.
No hay centros de
quemaduras.
No hay psicólogos para los
que sobreviven tragedias…
No hay colegios que ayudan a
los escolares a entender lo que está pasando entre nosotros.
Se nos viene otra campaña electoral. ¿Será otra borrachera
transeúnte…pueblo a pueblo con cilindros de “agua ardiente” o será un reflexión
seria de lo que es “desarrollo humano” y quienes somos nosotros?
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