En el Napo, se está afectando el derecho humano al agua como bien
público, la contaminación perjudica la calidad de vida de los naporunas
Por Roberto Carrasco, OMI
Hace unos meses atrás cuando el
presidente Ollanta Humala visitaba Iquitos, luego el Napo y otros lugares de
Loreto, se lamentaba como esta región a pesar de su importancia estratégica,
haya sido históricamente olvidada por todos los gobiernos. En el contexto de
esta visita por el Napo, inaugura “ambulanchas SAMU”, hoy completamente
abandonadas, luego saluda a la población y anuncia que quiere trabajar por esta
zona del país varias políticas “de inclusión” para beneficio del pueblo. Ese
día recibe él y el que ahora es Presidente del Congreso, Víctor Isla, una
demanda del Comité Multisectorial donde manifiestan varias demandas. Este
pronunciamiento lo firman todas las autoridades del distrito.
Hace unos meses dos federaciones
ORKIWAN y FECONAMNCUA mediante un pronunciamiento se dirigieron al presidente
Ollanta Humala en estos términos: “Sabemos la existencia de altos niveles de
mercurio y otros en nuestra cuenca. Exigimos la publicación de los resultados
de estudios de metales pesados en las aguas de la cuenca del Napo, en la cadena
alimenticia de las bacterias en el sedimento en el río, hasta peces grandes e
incluso seres humanos. Que los pueblos examinados sean informados de estos
resultados. Los pueblos examinados tienen el derecho a saber el resultado
existente de tales estudios hechos a las aguas y personas. A la vez, pedimos
que se amplíe el estudio para incluir aguas subterráneas. El agua es nuestra
vida, si ella está contaminada corremos el riesgo nosotros y nuestros hijos. No
somos ciegos frente a tantas enfermedades raras que aparecen”.
Hace unas semanas, en Huamán
Urco, el presidente regional Iván Vásquez se hace presente en el bajo Napo para
continuar con su política de hacer de “Loreto una región productiva”. Lo
curioso de este II Congreso fue que se hable una vez más de obras de
infraestructura, préstamos, proyectos productivos, una futura provincia en el
Napo. Al parecer, ya empezó el discurso electoral en esta cuenca. En ningún
momento se habló de la contaminación de la cuenca.
Hace unos días en las
instalaciones del IIAP- Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana
- el Gobierno Regional, a través de la
Gerencia de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, presentan
oficialmente los resultados del estudio “Diagnóstico del Impacto
Socio-Ambiental de la Minería Aluvial Fluvial en el Cuenca Alta y Media del Río
Napo”. Las conclusiones que presenta este estudio señala que “se ha encontrado
altos niveles de aluminio y plomo en las muestras de agua en la zona fronteriza
Perú-Ecuador (río Napo-Perú y río Aguarico-Ecuador), que podrían tener su
origen en los altos índices de deforestación producido por mineros ilegales en
época de vaciante, así como puede originarse por la desarrollada actividad
hidrocarburífera en el país vecino (Ecuador)”.
Este mismo informe señala “que en
el tejido de peces de mayor consumo de la zona se encontró especies que SUPERAN
EL LÍMITE MÁXIMO PERMISIBLE de mercurio y metilmercurio, concretamente en
especies como: Chambira, zúngaro, fasaco, corvina y boquichico. El 98.72% de las personas muestreadas
(analizadas) presentan en el cabello concentraciones de mercurio que superan el
valor referencial establecido por la Organización Mundial de la Salud (2µ
Hg/g. cabello). La principal fuente de exposición al mercurio sería el alto
consumo de pescado contaminado, por lo general, boquichico.
En medio del diálogo, y a pesar
que se firmó en junio de este año un acta donde se reconocía a las federaciones
indígenas ORKIWAN y FECONAMNCUA como representantes de la sociedad civil para
asuntos de interés de la cuenca, una vez más ninguna de ellas fue invitada a
este evento de gran interés para la población. El director regional, Ing.
Panduro, señaló “no sabía que existían organizaciones indígenas en el río
Napo”. A pesar de las disculpas del caso, no se entiende como esta información
y las decisiones que se tomen no se converse con la sociedad civil muy a bien
representada.
El Dr. John MacCarthy, Medico Director de la Micro Red Napo, en
representación de los tres médicos especialistas que formaron una comisión de
alto nivel, presentan el informe METALES PESADOS EN LA CUENCA DEL NAPO: UN INFORME PRELIMINARIO DE SU
EFECTO EN EL SER HUMANO. En este documento se señala que el año 2003 la cuenca
presentó niveles insignificantes de metales pesados. Cosa muy distinta fue durante
los años 2008, 2009, y 2010 donde se volvió a realizar análisis de metales
pesados en los mismos puntos de la Cuenca del Napo, estas veces encontrando
niveles preocupantes de mercurio, plomo, hierro, y cadmio.
Las recomendaciones son claras: es hora que el
gobierno regional en coordinación con la Cancillería y con el apoyo de
Naturaleza y Cultura Internacional dialoguen con el vecino país Ecuador para
establecer acciones conjuntas sobre presunta contaminación por efectos de
hidrocarburos en la frontera Perú-Ecuador. La DIRESA debe efectuar con carácter
urgente, evaluaciones médicas para determinar posibles complicaciones en la
salud de la población por la presencia de mercurio por la presencia de mercurio
en el organismo de los pobladores de las comunidades nativas examinadas.
Un dato muy curioso; cuando se les informó a la
población examinada sobre los resultados, estos
no provocaron pánico, más bien la información confirmaba las impresiones
de la gente sobre los cambios en el ambiente. Es más, la población, por lo general
indígena, podría decir con tranquilidad que por fin fueron escuchados, ya que
este tema se habla hace muchos años atrás. La comprensión de la gente abre la puerta para que los actores en los
campos de salud, agricultura, educación, pesquería, reforestación y el cuidado
del ambiente hagan sus contribuciones en favor de mejorar y variar con otras
fuentes de proteína (maní, frijoles, chiclayo, lácteos de búfalo, vacas,
cabras, aves de corral, chancos, peces de piscigranjas) la dieta de los
afectados. Mercurio no desaparece
rápidamente de la cadena alimenticia.
Mercurio será un factor importante en la vida de toda la generación
presente y no admite de soluciones rápidas.
A esto sumo lo que la Iglesia viene trabajando
en el campo de la Justicia y Paz y Cuidado de los Bienes de la Creación, cuando
el junio del 2011 se analizó la situación en América latina y se dijo que: “Se
ha comprobado que el desarrollo de actividades industriales para la exploración
y explotación minera y de hidrocarburos genera una liberación, dispersión y
deposición de productos químicos y residuos de diversa naturaleza, tales como
cianuro de sodio, plomo, arsénico, uranio, mercurio y otros metales pesados.
Ellos contaminan directamente o por infiltración, los recursos hídricos
(glaciares, lagos, ríos y el agua en el subsuelo), el aire y el suelo. En
algunos casos la contaminación perdura por miles de años, provocando graves
enfermedades y mutaciones genéticas. Este hecho, sumado a la destrucción de
suelos (lixiviación) y de paisajes – que para algunas comunidades indígenas son
considerados sagrados- , perjudica sensiblemente la calidad de vida tanto de
las personas como de animales y plantas. Se constata la aparición y el
incremento de enfermedades entre los pobladores del lugar y de las comunidades
aledañas afectadas por la actividad minera informal y en ciertos casos por la
actividad formal. En la mayoría de los casos los trabajadores y pobladores quedan
abandonados a su suerte. Generalmente las industrias extractivas que no manejan
correctamente el recurso hídrico, afectan el derecho humano al agua como bien
público, la producción de alimentos y la agricultura. Eso provoca migración,
convirtiéndose comunidades enteras en “refugiados ambientales”, víctimas de una
economía informal y en ciertos casos por la actividad formal de índole
neoliberal basada fuertemente en el extractivismo y la venta de materia prima
en el mercado mundial. Ello trae como consecuencia la ruptura de los
invalorables proyectos de vida de las comunidades”.
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