1943: creación del
distrito del Napo, ¿qué sucedió antes?
Por Roberto
Carrasco, OMI
Repasemos un poco la historia. Al
terminar el siglo XVI, la Colonia tenía conocimiento de numerosas poblaciones
indígenas en los vastos territorios del río Napo, Putumayo y Caquetá. Se
realizaron dos viajes importantes. Gonzalo Pizarro en 1541 viaja desde el Cuzco
a Quito para juntarse con Francisco de Orellana. Ambos parten de Quito e
ingresan a la selva bajando por el río Coca, llegan a la desembocadura del río
Napo. Gonzalo Pizarro regresa a Quito y Francisco de Orellana sigue el viaje
bajando por todo el río Napo, para luego descubrir el río Amazonas.
Los primeros misioneros que
llegan al Napo bajaron en la expedición de Orellana en 1541. Fray Gaspar de
Carbajal fue el primero en registrar los primeros datos sobre la población del
Napo. En el año 1605 el sacerdote jesuita Rafael Ferrer realizó un viaje de
reconocimiento al Amazonas, registrando diversos grupos entre el río Napo y
Marañón. Ferrer los denomina: “gíbaros,
xeveros, quilibitas, mainas, plateros, zaparas, cofanes, abigiras,
encabellados…”. El río Napo se convirtió así en la entrada de la cultura
occidental a la selva amazónica. Esto trajo el primer choque cultural entre los
indígenas que habitaban la cuenca y el mundo occidental.
Posteriormente se produjo el auge
de la explotación de las gomas silvestres en la Amazonía, llamada también “la
época del caucho”, período comprendido entre fines del siglo XIX y 1914.
Caucheros, regatones y patrones contribuyeron a la desaparición de muchos
grupos étnicos, sea por muerte física de miles de indígenas víctimas de
guerras, epidemias, abusos, etc., como por la mezcla de sobrevivientes. Como
haría suponer Mario Vargas Llosa cuando habla: “la verdadera razón de la presencia de europeos en el África -o en la
Amazonía- no era ayudar al africano -o al indígena- a salir del paganismo y la
barbarie, sino explotarlo con una codicia que no conocía límites para el abuso
y la crueldad”. Esta parte de la
historia del Perú fue un período donde los gobernantes y extranjeros supieron
manejar la situación para sus propios intereses. No podemos dejar de recordar al
presidente peruano Augusto B. Leguía, quien después de la Guerra con Chile, de
la peor manera decidió entregar tierras peruanas amazónicas a Brasil y
Colombia. En ese mismo tiempo, Perú y Ecuador tenían en cuestión los límites de
ambos países, respecto a la frontera por el río Curaray y el Napo hasta el
Aguarico. Preocupa la idea que se tuvo de desarrollo en esa época, como lo dijo
Jorge Basadre: “La primera gran ilusión
que tuvo el Perú republicano sobre el desarrollo material estuvo simbolizada
por las tentativas para colonizar la zona amazónica”. Razón suficiente para
pensar cuáles fueron realmente los intereses que hubieron y porqué la decisión
de repartirse las tierras de los indígenas a diestra y siniestra.
En este contexto, llega desde el
Ecuador, el patrón Patricio Mosquera Carrera. Era el año 1943 cuando después de
la muerte de su hija Clotilde, nace el Fundo Agrícola “Santa Clotilde” en el
medio Napo, con el fin de criar chanchos y gallinas, y siembras de productos como la yuca, maíz, frutas,
entre otros. Cuando llegó Patricio Mosquera se encontró con pobladores
naporunas provenientes de las zonas de Archidona, Ávila, Loreto –territorio
ecuatoriano- entre otras que bajaron desde la cabecera del río Napo hasta esta
parte, incluso hasta el Marañón y Huallaga.
La población que existía por esos años era indígena, habitaban toda la
cuenca. Patricio Mosquera llega como otros patrones a la zona presentándose
como terratenientes, propietarios, dueños y patrones de las tierras. Esto
cambió con el despertar de la población y la presencia de la Misión Franciscana
en Santa Clotilde quienes se instalaron y fundaron el Puesto de Misión. Los
misioneros reforzaron la primera escuela que existía y crearon el primer puesto
de salud.
Hoy estamos celebrando casi 70
años de fundación. Tenemos una historia muy grande que no la hemos
profundizado. Somos una población en su mayoría indígena. Seguimos contando con
un gran potencial en recursos naturales que siguen siendo materia de codicia y
ambición de una minoría que representa al mundo capitalista. Después de siglos
enteros de abandono, el Estado peruano motivado por la inversión extranjera
intenta hacerse presente para dar “respuestas” a nuestros problemas. La
población naporuna presente a lo largo de 650 km aproximadamente en el Napo
peruano cada día es consciente de lo que tiene, de lo que puede celebrar o no.
Es tarea de la historia enseñarnos qué realmente pasó para que no se repitan
situaciones de injusticia que han marcado la vida de los pueblos. Celebrar hoy
el aniversario del distrito es reconocer que somos una población abierta al
cambio, pero un cambio con dignidad, con diálogo, donde se respeten el mínimo
de derechos, como el de la consulta y el de ser reconocidos como amazónicos
kichwas, huitotos, secoyas, arabelas, maijunas que de la mano de ribereños
esperan un desarrollo humano integral para todos los pueblos del Napo.
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